Cultura

El primer templo gótico de España es una espectacular Catedral de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad

Su construcción arranca hacía el año 1170 y dura más de 300 años

Catedral del Salvador de Ávila
Catedral del Salvador de ÁvilaJcylJcyl

El patrimonio monumental español es innumerable. Muchos son los recursos con los que cuenta nuestro país. Algunos de los más destacados son sus catedrales, que mantienen un nivel de mantenimiento excepcional y que además de estar abiertas al culto se han convertido en auténticos museos. Además, en España los estilos artísticos fueron muchos y todos con un gran protagonismo. En esta ocasión nos vamos a centrar en el gótico.

En España el estilo gótico se difundió a finales del siglo XII, con relativa prontitud desde su nacimiento en Francia. Su consolidación fue progresiva, combinándose en sus primeros momentos los elementos arquitectónicos románicos y góticos. Desde sus inicios hasta llegar al periodo del alto gótico, la arquitectura española se mantuvo fiel a los modelos franceses.

Sin embargo, algunas características como la insistencia en tipos de plantas de estilo románico o la conservación de elementos decorativos de influencia mudéjar condujeron a la formación de variantes estilísticas locales, este proceso se acrecentó a finales del siglo XIII y durante el siglo XIV, en los que apareció una amplia diferenciación en las formas arquitectónicas y decorativas regionales.

El desarrollo de la arquitectura en España durante estos siglos reflejó las diferentes circunstancias históricas a las que estaban sujetos los diversos reinos hispanos. Así sobre todo en el sur de España el desarrollo del gótico se adoptó algo tardíamente. Por su parte la prosperidad económica en Cataluña estimuló la construcción civil en esta zona. A finales del siglo XV surgió un estilo panaespañol, característico del círculo de los Reyes Católicos, que nació del encuentro de estructuras tardogóticas europeas con decoraciones mudéjares y motivos renacentistas, señala Wikipedia.

La arquitectura gótica se distingue por una serie de elementos clave que definen su estilo único y monumental. Estos componentes arquitectónicos no solo cumplen funciones estructurales, sino que también contribuyen a la estética y grandiosidad de las construcciones góticas.

Estas características son los arcos apuntados, que permiten una distribución eficiente del peso de la estructura y una mayor altura en comparación con el estilo románico. Asimismo, las bóvedas de crucería, formadas por la intersección de dos o más arcos, proporcionan una mayor resistencia y elegancia a los techos de los edificios góticos. Los grandes ventanales son una característica distintiva de la arquitectura gótica, permitiendo una iluminación natural abundante en el interior de los edificios.

Catedral de Ávila

Pues la arquitectura gótica en España arrancó con una espectacular Catedral, que pertenecer a una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Se trata de la Catedral del Salvador, que se encuentra en la ciudad de Ávila.

El inicio de la construcción de la Seo abulense se sitúa en torno al año 1170, y se concluyó 300 años después. Su proyecto inicial y la dirección de las obras se atribuyen al Maestro Fruchel, que comenzó el conjunto por la cabecera, con una girola o deambulatorio de nueve capillas y cinco naves. Curiosamente la cabecera se incrusta en las famosas murallas, como si fuera un torreón más. Tras la muerte del maestro, las trazas originales se modificaron, abandonándose el último estilo románico y proyectando al conjunto el floreciente gótico francés.

La tercera fase de las obras pertenece a los años del apogeo del gótico, reformándose el crucero, levantando el claustro y las sacristías y finalizando los muros superiores de la nave central. Las últimas intervenciones destacables en la catedral de Ávila corresponden a finales del siglo XV y mediados del XVI.

Ya en el año 1470 se traslada la portada occidental al lado norte, realizándose una nueva entrada para posteriormente levantar un nuevo coro en el centro de la nave. En el año 1595 se comenzaba la Capilla de San Segundo y se fortificó en granito el exterior de la cabecera, parte conocida como El Cimorro.

El templo tiene 85 metros de largo por 42,5 metros de ancho con 28 metros de altura en la nave central convirtiendo a esta catedral como un edificio con diferentes estilos e influencias, que va desde el gótico a la belleza renacentista. Como curiosidad, el terremoto ocurrido en Lisboa en el año 1755 también se dejó notar en el edificio, dañando varias vidrieras que fueron restauradas. Fue declarada Monumento Nacional en 1914.

Exterior de la Catedral de Ávila

El desarrollo de la catedral a lo largo de los siglos de construcción hace que existan diferentes estilos e influencias en ella, dando lugar a un conjunto de exterior sobrio y fortificado que al interior da paso a la ligereza gótica con toques de la arquitectura renacentista.

Cabe destacar la existencia de la "Casa del Campanero" dentro de la torre de la catedral. Se encuentra al nivel del cuerpo de campanas y se trata de una casa de sencillo estilo castellano con sala y dos alcobas, cocina con chimenea, y otras pequeñas habitaciones que forman parte de la vivienda. Esta vivienda se mantiene intacta tal y como la habitaron los últimos campaneros hasta los años 1950.

La entrada de la Puerta Occidental se compone de un arco de medio punto decorado con medallones y motivos florales. Sobre él se dispone un pequeño tímpano en el que aparece una escena del Martirio de San Segundo, seguido por una sucesión de arquivoltas apuntadas que descansan sobre finas columnas.

El claustro de la catedral fue comenzado en el siglo XIV en estilo gótico y rematado en el siglo XVI por una crestería renacentista de granito, realizada por los maestros Mateo, Pedro de Viñegra y Vasco de la Zarza.

Interior de la Catedral de Ávila

La planta de la Seo abulense posee influencias francesas y cierta semejanza con la basílica de Saint-Denis, la primera iglesia gótica. De gran originalidad es la cabecera, por un doble motivo: al exterior se encuentra fortificada, a modo de ábside macizo y almenado, popularmente conocido como Cimorro; mientras que al interior presenta un doble deambulatorio, con finas columnas y arcos ojivales, que aportan a este espacio una sensación de ligereza y diafanidad.

Entre sus atractivos destacan:

- El Trascoro. Obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo. Encargado en 1531, suponen unos bajorrelieves platerescos, con escenas bíblicas, de gran calidad artística.

- La Girola. Sobresale el sepulcro de El Tostado, de Vasco de la zarza (primer tercio del sigloXVI), obra esencial del renacimiento español.

- El Coro. Realizado por varios autores (1536-1547), es pieza fundamental.

- El Retablo del Altar Mayor (1499-1512). Obra de Pedro Berruguete, Santa Cruz y Borgoña, con influencias del Cuattrochento italiano y de la escuela flamenca.

-El Altar de San segundo. Con bajorrelieves, de Isidro Villoldo (1547), de gran simbolismo.

- El Altar de Santa Catalina. Bajorrelieves concluidos en 1529, es obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo.

Horarios

De Lunes a Domingo de 10 a 18 horas

La torre y el campanario se puede visitar los Lunes a las 12 horas; los sábados a las 12 y 13 horas y los domingos a las 13 horas.

Precios

General: 8 euros

Mayores de 65 años: 7 euros

Grupos de más de 20 personas: 5 euros

Gratuita para los menores de 12 años, abulenses, sacerdotes y capacidades diferentes con acreditación cuyo porcentaje sea superior al 64 por ciento y su acompañante, martes y miércoles no festivos, ni víspera de festivo en horario de 8.30 a 9.30 horas.

Otras “joyas” de Ávila

La catedral es uno de los principales atractivos turísticos de Ávila, pero la ciudad cuenta con muchos otros, por los que fue elegida Patrimonio de la Humanidad. Entre ellas destacan:

Las Murallas

Su construcción se inicia a finales del siglo XI a instancias del rey Alfonso VI de León, el cual encargó al conde Raimundo de Borgoña, marido de su hija la infanta doña Urraca, repoblar los territorios llamados «de nadie» y fortificar las ciudades de Ávila, Segovia y Salamanca. Casandro Romano y Florín de Pituenga se ocuparon de la dirección de las obras que, según la historiografía tradicional, duraron nueve años, de 1090 a 1099.

En el siglo XIV se llevaron a cabo reformas encaminadas a aumentar la eficacia defensiva de los muros. Se arreglaron las puertas y se levantaron los lienzos de algunos lugares hasta la altura de las torres, alcanzando los 15 metros. También se construyó una segunda barrera. Se abrió una poterna en el tramo del Palacio de los Dávila que en 1507 se tapió por orden de la reina Juana I de Castilla. Años más tarde, en 1542 el señor de Villafranca, como revancha, abrió una nueva ventana en la que reza la leyenda "Donde una puerta se cierra otra se abre" y, sobre la puerta del Rastro, abrió un bonito mirador.

Las murallas han sufrido varias modificaciones a lo largo de su historia. De los trabajos de mantenimiento rutinarios que se cubrían con el reparo de los muros a los trabajos de restauración que se emprendieron a principios del siglo XX. En 1907 bajo la dirección de Repullés se llevaron a cabo varios trabajos que cambiaron la fisonomía de algunos puntos del monumento. No fue hasta 1982 cuando se pudo dejar la muralla libre de casas adosadas. El 24 de marzo de 1884 se declaró a las Murallas de Ávila Monumento Nacional lo que permitió que se considerase necesario su conservación. El 15 de diciembre de 1982 Ávila fue declarada Conjunto Histórico Artístico y el 6 de diciembre de 1985 Patrimonio de la Humanidad.

La muralla tiene un perímetro de 2515 metros, 2500 almenas, 87 cubos o torreones y nueve puertas.Ocupa una superficie de 33 hectáreas y conforma un rectángulo orientado de este a oeste. Sus muros tienen tres metros de grosor y 12 de altura. Para su trazado se aprovecharon los desniveles del terreno y no se construyeron ni taludes ni contrafuertes.

Los Cuatro Postes

En la margen izquierda del río Adaja, dominando la ciudad desde Poniente, se erige el humilladero (pequeña ermita a las afueras de la población) de San Sebastián, popularmente conocido como Los Cuatro Postes. Y es que el conjunto está constituido por cuatro monolíticas columnas dóricas unidas por un arquitrabe, que ostenta el escudo de la ciudad; en el centro una cruz granítica.

Se construyó en 1566, habiendo autores que defienden que se levantó donde en época romana se erigiría un pequeño templo. También hay quienes afirman que se construyó para rememorar el lugar en que Francisco de Cepeda, tío de Teresa de Jesús, encontró a la santa y a su hermano Rodrigo cuando estos huyeron para sufrir martirio en tierra de moros.

Palacio de los Dávila

Es un edificio construido entre el siglo XIII y XVI por don Pedro Dávila y Zúñiga, primer Marqués de las Navas y tercer Conde del Risco. Es, sin duda, uno de los palacios más representativos de la ciudad de Ávila debido a su adosamiento a la Muralla de Ávila. El Palacio de los Dávila consta de una estética muy similar a la muralla con la intención de mantener una armonía arquitectónica, sin embargo, es evidente que existen disparidades en la edificación a causa de la evolución de la construcción a medida que pasaron los años.

Dado el carácter defensivo que tiene el palacio, se puede observar en la fachada los matacanes y merlones. Por último, destaca una ventana de estilo renacentista abierta por Pedro Dávila en el año 1541 y un letrero que dice “cuando una puerta se cierra otra se abre”.

Basílica de Santa Teresa

La iglesia, levantada sobre la casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada, forma conjunto con el convento carmelitano. Por debajo, la gran cripta abovedada de enterramientos, actual museo teresiano y única dentro de la arquitectura religiosa española. Dirigidas las obras por el arquitecto carmelita Fray Alonso de San José, se inician en 1629, inaugurándose el 15 de octubre de 1636.

En el más puro estilo Barroco Carmelitano, la iglesia tiene planta de cruz latina con nave central y capillas laterales, cuatro por banda. Con el Altar mayor al norte, no sigue la orientación litúrgica establecida, alteración que responde al hecho de hacer coincidir el presbiterio con los aposentos donde nacería Teresa de Jesús. En el brazo derecho del crucero se abre el acceso a la capilla de Santa Teresa, coincidente con estancias de la residencia paterna, y, enfrente, la “huertecilla donde la Santa hacía sus ermitas”.

La fachada, planteada a manera de retablo, se organiza en tres cuerpos, destacando la imagen de la Santa, en mármol, y los escudos de los Cepeda y Ahumada, la Orden de los Carmelitas descalzos, el del Conde Duque de Olivares, el de Intendencia y el de Doctora de la Iglesia

En el interior, notorio es el conjunto escultórico, obra de Gregorio Fernández (siglo XVII) y de su taller. En la misma plaza, se encuentra la Sala de las Reliquias y una pequeña tienda de recuerdos En 1886, iglesia y convento son declarados Monumento Histórico.