¿Por qué el Estatuto de Autonomía de Castilla y León fue el último en aprobarse?

El Estatuto de Autonomía de Castilla y León sigue cumpliendo años. Ya son 40 desde que se gestó en el mes de febrero de 1983, pero esta Comunidad fue la última en sacarla adelante en la España de las autonomías, ante las dificultades en su camino para sacarla adelante. Mientras que la mayoría de las regiones españolas optaron por la vía rápida, Castilla y León lo hizo por una vía más lenta, para gozar de una autonomía completa.

Pero existía el problema territorial, ya que Castilla y León no contaba con un ámbito en este sentido claramente determinado y delimitado como el resto, ya que dos provincias de la antigua Castilla, como Cantabria y La Rioja estaban impulsando sus propios proyectos autonómicos. Por acuerdo del Pleno del Consejo General, del 26 de octubre de 1979, se ejercitaba la iniciativa autonómica en Castilla y León por la vía del Artículo 143 de la Constitución y se reconocía la potestad de Santander y Logroño para acceder a la autonomía uniprovincial de las comunidades de La Rioja y Cantabria, respectivamente.

Quedaban, de esta manera nueve provincias, las tres de León y seis de Castilla La Vieja, pero pronto comenzarían las complicaciones ya que desde Segovia, concretamente desde la Diputación se pretendía constituir una comunidad propia, con el apoyo de los ayuntamientos locales. Pero las Cortes regionales desestimaron esta opción. También la parte leonesa se mostraba reacia a esta unión e incluso algún partido político presentaría recurso de inconstitucionalidad. Y luego está el Condado de Treviño, ubicado en Álava, pero perteneciente a Burgos. A día de hoy sigue siendo una reivindicación del País Vasco, en especial del PNV, que cuenta con representación política allí.

El Proyecto de Estatuto de Autonomía de Castilla y León sería aprobado el 7 de julio de 1982 y publicado en el Boletín Oficial de las Cortes, dos semanas después y la aprobación final llegaría el 25 de febrero de 1983, con un total de 91 artículos y con tres grandes reformas a lo largo de este tiempo, la de 1994 donde se lograron nuevas competencias; la de 1999 y la última, de 2007, que reconocía a Castilla y León como una "comunidad histórica y cultural reconocida", que tiene su origen en los antiguos Reino de León y reino de Castilla y donde se daba protección no solo al idioma castellano, sino al leonés y al gallego.

Asimismo adapta el nivel competencial de Castilla y León em materias como la educación, la sanidad, la seguridad pública y la gestión del agua. Y una más, que el sistema de financiación autonómica deberá ponderar los factores de extensión, dispersión, baja densidad y envejecimiento de la población regional.

Han pasado 40 años, y salvo las tensiones territoriales, en especial promovidas desde León y el País Vasco por Treviño, el Estatuto sigue más vigente que nunca.