Patrimonio

Restaurado uno de los símbolos de las tradiciones del pueblo maragato

Se trata de la Plaza de los Bolos de Santiago Millas, en León, a cuya inauguración ha asistido el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones

Suárez-Quiñones inaugura la nueva plaza en este pequeño municipio leonés
Suárez-Quiñones inaugura la nueva plaza en este pequeño municipio leonésCampillo/Ical

El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha visitado con el alcalde, Sindo Castro, la nueva Plaza de los Bolos de Santiago Millas, en León, punto de encuentro del pueblo, que debe su nombre al tradicional juego de bolos maragatos, donde el municipio trabaja en recuperar y recrear la vida de los arrieros. La inversión realizada en la nueva ha sido de casi 150.000 euros.

La Plaza de los Bolos debe su nombre a que en ella tradicionalmente se jugó a los bolos maragatos. El único vestigio que se conserva de esta actividad es la piedra sobre la que se colocaban los bolos para jugar, que se sitúa fuera del ámbito de actuación del proyecto ejecutado.

La Plaza de los Bolos puede ser considerada el centro de la vida social de la localidad de Santiago Millas, en León, ya que en ella se sitúa un bar-restaurante, ‘Casa Lucinio’, conocido por el cocido maragato. La plaza, como espacio urbano, era una gran explanada de asfalto empleada como aparcamiento y paso de vehículos que acuden al citado local o a los edificios cercanos, y carecía del carácter social y peatonal que tuvo en el pasado.

Dadas las grandes dimensiones de la plaza, en la primera fase sólo se intervino en el sector norte. La pretensión municipal es continuar, en años sucesivos, con el sector meridional y será el momento de recuperar y poner en valor el elemento singular de la piedra de los bolos, actualmente en desuso. En este contexto, el Ayuntamiento de Santiago Millas lleva trabajando varios años en recuperar y recrear con esta y otras actuaciones la vida de los arrieros y sus carros, que tuvieron gran importancia para la vida económica y social de la comarca maragata, y que cuenta con un museo de los arrieros.

Las obras consistieron en la demolición de los pavimentos existentes de calzadas y aceras y cajeado para nuevos pavimentos. La plaza se estructura mediante una malla ortogonal, buscando una sección de coexistencia sin resaltes, realizada con pavimento de adoquines, losetas, bordillos y vados de granito y hormigón teñido en tonos tierra.

Con la finalidad de organizar el tráfico rodado, en el cuadrante central se ejecutó una rotonda pisable, ligeramente peraltada, realizada con el empedrado típico de los zaguanes de las casas arrieras maragatas, incorporando el dibujo, también en piedra, de una rueda del carro típico maragato.

Asimismo, la construcción de muro de gran espesor de mampostería de piedra maragata, que separa la carretera de Sanabria de la zona peatonal proyectada junto al restaurante ‘Casa Lucinio’ Este muro se complementa con una jardinera superior y un rótulo de letras corpóreas de acero corten con el nombre de la localidad.

La plaza dispone de mobiliario de madera y hierro forjado.