Cargando...

Sociedad

Sanz Marcos. "Es necesario desarrollar una estrategia regional de seguridad del patrimonio con medidas en el medio rural"

El especialista en protección de infraestructuras críticas y culturales señala que la dispersión y la falta de recursos en los pueblos dificultan una atención integral

Ricardo Sanz Marcos, director de Seguridad La Razón

Las amenazas a la seguridad ciudadana son constantes y, en los últimos tiempos, estamos asistiendo a numerosos altercados que ponen en riesgo la convivencia de la sociedad. Y no solo desde el punto de vista físico, también desde la vulnerabilidad que experimenta nuestro patrimonio que se ve sorprendido por actos vandálicos o las brechas de seguridad en nuestros sistemas e infraestructuras de comunicaciones.

Charlamos con Ricardo Sanz Marcos, un segoviano de La Granja de San Ildefonso, empresario y director de seguridad, consultor en gestión de riesgos y especialista en protección de infraestructuras críticas y patrimonio cultural. Sobre él recae la seguridad de la Catedral de la Almudena en Madrid o la Catedral de Santiago de Compostela, entre otros proyectos nacionales e internacionales. Para este profesional, el concepto de seguridad «se ha vuelto transversal y multidisciplinar. Ya no hablamos solo de vigilancia física, sino de resiliencia institucional, continuidad de negocio, ciberseguridad, y capacidad de anticipación frente a amenazas complejas e interrelacionadas».

Preguntado sobre el reciente robo de cable de cobre en infraestructuras y las importantes interrupciones en la circulación, Sanz tiene claro que «este tipo de delitos pone de manifiesto la necesidad de reforzar los sistemas de vigilancia preventiva y de inteligencia de seguridad. Las infraestructuras críticas, como las ferroviarias, deben contemplar protocolos específicos de análisis de riesgo y medidas proactivas, ya que cualquier vulnerabilidad puede tener un efecto multiplicador sobre otros servicios esenciales. En este caso, el robo de cobre no es solo un delito común, sino una acción que impacta en la movilidad, la economía y la seguridad ciudadana».

A medida que avanzan las sociedades, muchos delitos requieren de altos conocimientos tecnológicos para poder perpetrarse. No obstante, también la teconología avanza para prevenir este tipo de savotajes. La pregunta que nos podemos hacer es si en España, y en concreto en Castilla y León, estamos utilizándolas adecuadamente. «Disponemos de tecnologías avanzadas como sensores de intrusión, sistemas de detección perimetral con analítica de vídeo, drones de patrullaje, inteligencia artificial para el análisis predictivo de comportamientos sospechosos, incluso sistemas de protección de cableado mediante sensores de vibración. Sin embargo, su aplicación aún es desigual. En España se ha avanzado, pero todavía hay margen de mejora en la integración de estas tecnologías dentro de los sistemas de gestión de infraestructuras y en la colaboración público-privada para su implantación», afirma este director de seguridad, quien conoce de cerca casos similares.

Si hablamos de patrimonio histórico y artístico, debemos hablar de nuestra región de Castilla y León, donde se encuentra un rico patrimonio disperso en miles de pueblos y ermitas. Para Sanz Marcos, «su protección es aún insuficiente, especialmente en el ámbito rural. La dispersión y falta de recursos en muchas pequeñas localidades dificultan una protección integral. Es necesario desarrollar una estrategia regional de seguridad del patrimonio que contemple medidas adaptadas al entorno rural, fomentando la participación ciudadana y el uso inteligente de tecnologías de bajo coste y alta eficiencia». Quien escribe estas líneas se permite añadir que esta dualidad entre colaboración ciudadana y tecnología, quizá sea la clave del progreso en materia de seguridad… Y en otras áreas.

Sin duda, como en cualquier campo de actuación la formación es una prioridad. «Están emergiendo perfiles como analistas de ciberinteligencia, expertos en resiliencia operativa, gestores de continuidad, y auditores de seguridad integral. La formación debe combinar conocimientos técnicos, habilidades estratégicas y capacidades analíticas. La formación de calidad es la única medida para combatir una grave amenaza al sector de la seguridad: el intrusismo profesional. Aunque esto da para otra entrevista…».

Apurando nuestra conversación con Ricardo, ya hay algo que se desprende de todo ello: es imprescindible invertir en tecnología, formación especializada, cultura de seguridad y cooperación institucional. «En un mundo volátil, donde las amenazas híbridas y los desastres naturales convergen, la capacidad de resistir, adaptarse y recuperarse será el principal factor de seguridad nacional», ha concluido Ricardo Sanz.