Sociedad
El turismo de iluminación también se enciende en el medio rural
Las luces de Navidad son un reclamo más para los viajeros y no solo en esas extensas metrópolis
La época de la Navidad es sinónimo de tradiciones, de regalos, de cercanía entre todos, de comilonas, de ilusión en los más pequeños... una amalgama de cosas que llevaría varias líneas enumerar sin dejar atrás u olvidarse de algo. Para no caer en ese error es buena opción compendiar los días navideños y sus costumbres en una palabra, asociada sin posibilidad de dudas a este periodo: la luz, como la que estos días alumbra La Alberca, en la provincia de Salamanca.
Porque la Navidad trae al fin de año un ambiente diferente que se refleja de la mejor forma con la luminosidad que aporta a las personas, a sus hogares y como no, a las distintas poblaciones a lo largo del país. Ya sea con pequeños adornos o auténticas superproducciones como las realizadas en grandes ciudades españolas, dícese Vigo o Madrid, las luces de Navidad siempre están presentes y son un reclamo más para los turistas, y no solo en esas extensas metrópolis, también en el medio rural con La Alberca como el mejor exponente para esta idea.
La Alberca es un municipio salmantino situado a 76,5 kilómetros de la capital charra y ubicado dentro de la comarca de la Sierra de Francia. El nombre de este pueblo de apenas mil habitantes no es para nada desconocido en términos turísticos, siendo uno de los lugares que tienen la distinción de ser uno de 'Los pueblos más bonitos de España' habiendo sido declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940, la primera localidad en todo el país.
La arquitectura de sus viviendas y la configuración de estas edificaciones de piedra y madera en la estructura urbana hacen de La Alberca uno de los lugares que sobresalen a la hora de buscar un lugar que visitar en Salamanca que se aleje de la propia urbe salmantina. Tal popularidad le sirvió hace unos días para llevarse gracias al voto popular el ser el ganador en este 2023 del concurso 'Juntos brillamos más', organizado por la marca Ferrero Rocher.
Cogiendo el testigo de Mojácar, en Almería, a La Alberca se le brindó una decoración y luces navideñas más propias de otras poblaciones de mayor superficie y habitantes o de películas o producciones audiovisuales. Con el color dorado como seña de identidad, derivado el envoltorios de los famosos bombones de la empresa italiana, calles como la calle Tablado o la calle Puente llevan a los visitantes hacia una resplandeciente Plaza Mayor que no tiene un ápice sin estar ornamentado.
Nuevos adornos
Tanto el Ayuntamiento como el resto de construcciones que forman el ágora de La Alberca portan los nuevos adornos y aspecto, rodeando un árbol de Navidad también con el color dorado como elemento principal y una bola que simula la forma de un Ferrero Rocher y que cuenta con aberturas para poder estar en su interior, cosa que todos aquellos que acuden hasta el corazón de la Sierra de Francia no dudan en hacer, siendo el lugar donde más fotografías se toman.
Estos turistas, que llenan la Plaza Mayor pasadas las seis y cuarto de la tarde esperando el anochecer y el encendido de las luces, se alejan de los grandes núcleos y las aglomeraciones para ver en el medio rural 'otra Navidad' y se atisban según se entra en el municipio, completando los parking gratuitos.
La mayoría reconocen que de no ser por estas nuevas decoraciones posiblemente no se hubieran acercado hasta aquí, aunque "sea un pueblo muy bonito", como Raúl Martínez, cubano habitante en Salamanca que fue acompañado de su amigo Aitor Urain que, al igual que muchos de los presentes, explica que para pasar la tarde decidieron viajar hasta La Alberca y verla convertida en un pueblo 'Ferrero Rocher'.
Visitantes que día a día llenan un municipio que no era ajeno a las visitas y que recibe con los brazos abiertos a todos los desplazados y a la nueva imagen que se han ganado estas Navidades. Así lo declara Antonio Sánchez, regente de la Tienda 'Raíces' situada en plena calle Tablado en el casco histórico de La Alberca, que como otros comerciantes del pueblo con consultados por EFE están "boyantes" por este escenario.
"El jueves (día 14, primera fecha en la que se encendieron las luces) fue una locura y según van pasando los días se va notando como viene más gente", apunta Antonio, que al igual que sus semejantes dice que el reguero de personas que caminan en Navidad por el pueblo en comparación con otros años es mucho mayor y confían en que sea algo que se extienda por las añadas venideras y se convierta en una tradición que traiga a curiosos como el marrano de San Antón
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