La villa fortificada donde yace un gran escritor del Siglo de Oro

Denominada como "El fortificado" por los árabes hispanos, todavía hoy conserva gran parte de las construcciones defensivas que convirtieron a esta localidad en un bastión estratégico en la Edad Media. Junto al Duero, y cercado por murallas y monumentales puertas, nos estamos adentrando en una de las localidades que contiene uno de los más ricos y relevantes conjuntos históricos de la Comunidad.

Viajamos hasta Almazán, la segunda localidad con más población tras la capital, Soria, un importante centro industrial, medioambiental y turístico que merece la pena destacar. Y es que en su interior, concretamente en la iglesia de la Merced, reposan los restos de un gran dramaturgo del Siglo de Oro español, Fray Gabriel Tellez, más conocido como Tirso de Molina.

Una localidad que ha sido alabada por la prestigiosa revista National Geographic. Y es que no es para menos. Empecemos por el centro neurálgico de la localidad, su Plaza Mayos, con sus soportales, el Ayuntamiento y el palacio renacentista de los Mendoza, hoy centro de recepción de visitantes y espacio expositivo. Y también aquí, uno de los referentes del románico nacional, la iglesia de San Miguel.

A lo largo de sus calles uno va descubriendo el monumental espacio intramuros, con casas señoriales, e iglesias como la de Nuestra Señora del Campanario y San Vicente, San Pedro y Santa María de Catalañazor o conventos como el de la Merced, anteriormente mencionado.

La ermita del Jesús Nazareno está dedicada al patrón religioso de la localidad y es una de las más bonitas de la localidad por su estructura barroca.

Pero aparte de su patrimonio, es destacar sus tradiciones centenarias, alguna de ellas declaradas de Bien de Interés Cultural, como la Bajada de Jesús Nazareno, o la tradicional danza pastoril de El Zarrón.

Y el río y el entorno natural han hecho de un lugar idílico para las familias y también para la celebración de importantes eventos deportivos relevantes a nivel nacional.

Y no podemos olvidarnos de la gastronomía del lugar, donde las setas son muy apreciadas y muy elaboradas, a la vez que deliciosas y para los más golosos muy recomendables las yemas y paciencias de Almazán.