Teatro

Federico García Lorca

Núria, Lluís y Federico

La actriz Nuria Espert presenta la obra ‘Romancero gitano’ en el Teatro Romea de Barcelona
Nuria Espert durante la presentación de la obra de Federico García Lorca 'Romancero gitano', cuyos versos recitará la veterana actriz en el Teatro Romea hasta el próximo 14 de enero, en Barcelona, a 7 de enero de 2020.David ZorrakinoEuropa Press

Pasa que cuando has leído muchas veces un libro, cuando has visitado muchas veces esas páginas y las sientes también tuyas, no quieres que nadie te las leas. No quieres imaginar otra voz. Hay algo de egoísmo en ese gesto, como el que no quiere compartir su álbum de fotos. Me pasa eso, por ejemplo, con el «Romancero gitano» de Lorca, mi primer descubrimiento como lector del poeta granadino al que tanto debo. Al haber leído tantas veces sus romances, haberme encontrado en muchas ocasiones con Antonio Torres Heredia o con Soledad Montoya, ya tengo claro cómo serán sus voces, cómo se moverán.

Así que cuando voy a algún espectáculo basado en la obra lorquiana voy con esa prudencia o miedo del que ve aquello que considera parte de su intimidad en otras manos. El pasado viernes asistí a un hecho para mi sorprendente: me hicieron redescubrir ese libro, me invitaron a verlo con otros ojos, lleno de matices que hasta ese momento se me habían perdido. Fue en el Teatre Romea donde Nuria Espert presentó su «Romancero gitano», bajo la dirección de Lluís Pasqual.

¡Qué fuerza tiene Nuria Espert! ¡Qué habilidad logra para dar luz a aquellos rincones oscuros del poema! Y todo ello sin efectismos, solamente con una puesta en escena sobria en la que la palabra manda, no hay nada con lo que distraer al espectador salvo en el encuentro de una gran actriz con el público. No, no se trata de un recital de poemas de un libro sino de hacer que ese libro sea una excusa para conocer mejor a un poeta y su circunstancia, así como a la propia Espert. El estreno acabó con un sonoro aplauso, saliendo también a saludar Lluís Pasqual. Era su primera vez en un escenario barcelonés desde su marcha del Lliure. Ese aplauso se le debía desde hacía mucho tiempo. No está mal que llegue de la mano de Nuria Espert y con Lorca de intermediario. El propio poeta hablaba de «llenar el teatro de espigas frescas». El viernes se llenó en el Romea.