El desafío independentista

El Govern defiende que movilizaciones como la de Perpiñán “refuerzan” la negociación con el Estado

Puigdemont llamó a la “confrontación democrática” y obvió la mesa de diálogo con el Gobierno

Reunión semanal del gobierno catalán
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, acompañado por su vicepresidente, Pere Aragonés (i), durante la reunión semanal del Govern.Andreu DalmauEFE

Tres días después del macroacto de propaganda de Carles Puigdemont en Perpiñán de la mano del Consell per la República -un organismo privado que comanda el propio ex president para dar cuenta del “procés” en el plano internacional-, el Govern ha defendido que movilizaciones como esta “refuerzan” su posición en la mesa de negociación con el Ejecutivo central puesta en marcha la semana pasada.

Un argumento que contrasta con las sucesivas llamadas a la “confrontación democrática contra el Estado” realizadas especialmente por la ex consejera de Educación, Clara Ponsatí, el anterior titular de Salud, Toni Comín, y el propio Puigdemont. “La movilización refuerza la negociación y por tanto es complementaria a la mesa de diálogo”, ha señalado la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó (JxCat).

Cabe recordar que Puigdemont llamó al independentismo a “prepararse para la lucha definitiva”, sin mencionar en ningún momento el diálogo iniciado con el PSOE y Unidas Podemos.

Es más, Budó ha asegurado que la “imagen" del sábado es “importante” y “refuerza la parte catalana” de la mesa de negociación, conformada por ocho miembros del Govern incluyendo a Quim Torra y al vicepresidente Pere Aragonès (ERC), aunque ha reiterado que la Generalitat no se levantará de la negociación.

La portavoz del Ejecutivo, no obstante, ha evitado referirse explícitamente a las declaraciones de Clara Ponsatí -quien avaló las protestas y los disturbios del aeropuerto o de plaza Urquinaona coincidiendo con la sentencia del “procés”- y ha pasado de puntillas por los abucheos a Oriol Junqueras en Perpiñán. Eso sí, sobre los republicanos y su apuesta “pragmática" ha dejado un mensaje entre líneas: “Dentro del soberanismo puede haber opiniones de todo, hay quien lee con escepticismo la mesa de negociación”.