Independentismo

Joan Maria Piqué, el jefe de prensa separatista que llama a la Guerra Civil y cobrará 10.000 euros en junio

Ahora responsable de comunicación de la conselleria de Interior, empezó al lado de Artur Mas y consiguió la confianza de Carles Puigdemont

Joan María Piqué fue jefe de prensa de Artur Mas y también ha tenido responsabilidades de comunicación en los gobiernos de Carles Puigdemont y Quim Torra
Joan María Piqué fue jefe de prensa de Artur Mas y también ha tenido responsabilidades de comunicación en los gobiernos de Carles Puigdemont y Quim Torratwitter

En septiembre de 2019 se hacía público el relevo en la jefatura de prensa de la Conselleria de Interior. La cesada Joana Vallès era sustituida por un viejo conocido de la Generalitat, el controvertido periodista Joan Maria Piqué. De esta manera, tras haber estado al servicio de las presidencias de Artur Mas y Carles Puigdemont, Piqué sumaba un nuevo presidente nacionalista al que servir, Quim Torra, aunque ahora a través del conseller de Interior Miquel Buch. De esta manera uno de los mayores hooligans que ha tenido el independentismo más radical regresaba a casa por la puerta grande tras un destierro de tertulia en tertulia por TV3. Los excesos verbales de Piqué en Twitter se han convertido en una marca de la casa. El último de ellos fue el de reivindicar la lucha armada, como en 1808 y 1936, para conquistar la independencia. Según él se trata de “un enfoque que aún no hemos planteado y funcionaría”. A las pocas horas, retiró un tuit que no fue condenado por nadie de la Generalitat.

Cartel guerra civil
Cartel guerra civilLa Razón

Formado en la Universidad de Navarra, Joan Maria Piqué es un hombre cercano al Opus. Y es que los vínculos de los convergentes con la Obra se remontan a los años del pujolismo. De hecho, fuentes cercanas al periodista señalan su devoción ultracatólica. Si sus creencias religiosas son fuertes, lo son también las de su oposición a todo lo que huela a español. Eso le ha hecho incluso renegar de su segundo apellido: Fernández.

Otra de las obsesiones del periodista es John F. Kennedy, pero Piqué ha querido ver en el presidente estadounidense similitudes con algunos de los líderes del independentismo. Durante la campaña electoral de Artur Mas, fue a todas partes con un portátil en el que la primera imagen de la pantalla era JFK, tal vez pensando que Mas estaba a punto de crear una especie de Camelot. Si Mas no funcionaba, tal vez lo podría ser Puigdemont. Eso fue lo que lo animó a presentar la candidatura del huido president para que optará al premio que concede la John F. Kennedy Library, el Profile in Courage. De esta manera, Puigdemont habría tomado el relevo de Barack Obama, Gerald Ford o Kofi Annan. La propuesta fracasó estrepitosamente.

Pero eso no desmoraliza a Piqué quien siempre tiene algún argumento de peso con el que cree que puede convencer a su auditorio. Eso es lo que le ha llevado a decir disparates de gran nivel. Para justificar que Puigdemont podía ser investido telemáticamente cuando ya se encontraba huido en Waterloo, ante las cámaras de TV3, nuestro hombre dijo que “hay tanta distancia, o hasta un poco más, de las Canarias a Madrid, como de Barcelona a Bruselas”. Ante la mirada sorprendida de sus compañeros de tertulia siguió su discurso matizando que “a nadie se le ocurre decir que las Canarias están dirigidas telemáticamente. Es territorio español, sí. Y desgraciado de ti que le cuestiones a un canario que eso no es España porque vas a recibir”.

Decir todo esto tiene un precio y el de Piqué es de 5.000 euros brutos que cobra al mes como responsable de la prensa de Interior. Son unos 70.000 euros que se distribuyen en catorce pagas de 4.998 euros, tal y como ha expuesto el portal Sueldos Públicos. El próximo mes, gracias a la extra de verano, Piqué ingresará 10.000 euros por un cargo al que accedió por un nombramiento a dedo.

Pero no solo los exabruptos de cara al pública caracterizan a Piqué, también su sectarismo y chulería en la relación con los periodistas. La corresponsal de “Le Monde” en España, Sandrine Morel, acusó a Piqué de presionarla para que escribiera al servicio del independentismo: “Si compramos dos páginas de publicidad de Le Monde, escribirás lo que tus jefes te digan”, denunció Morel en su libro “En el huracán catalán” (Planeta).

También dio fe de sus actitudes un informe de Reportes Sin Fronteras. El documento recogía las presiones e intoxicaciones de Piqué sobre los corresponsales tanto internacionales como nacionales. Así, por ejemplo, repasaba el señalamiento a corresponsales a través de las redes sociales -como el caso de la corresponsal en Bruselas de “La Vanguardia” después de publicar una entrevista con el expresidente de la Comisión Europea, Jean-Calude Juncker, en la que que hacía referencias al “procés”-, mientras aprovechaba los grupos de WhatsApp para convocatorias de prensa con periodistas extranjeros para enviar datos e informaciones con un fuerte “sesgo político”.

El corresponsal del periódico británico The Guardian, Dan Hancox, también tuvo un rifirrafe por redes sociales con Piqué. Hancox acusó entonces -mayo de 2016- al jefe de prensa de Interior de “comportarse como un troll” en Twitter al enviarle constantemente mensajes para criticar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. “Trolearme en Twitter con 'mira esta mierda que ha pasado en BCN’ = no es la sofisticada comunicación política que esperaba de JxSí”, le espetó a través de las redes sociales.