
Polémica
El municipio de Cataluña que cuenta con solo dos policías al tener al 96% de baja médica
El Ayuntamiento del PSC está en negociaciones con el cuerpo, que pide mejoras laborales

La situación de la Policía Local de Malgrat de Mar (Maresme) ha alcanzado un punto crítico: 50 de los 52 agentes que integran la plantilla se encuentran de baja médica, lo que deja al municipio con solo dos efectivos operativos. Esto significa que el 96% del cuerpo no puede desempeñar sus funciones, informa la web de 3Cat.
El conflicto laboral se produce en un momento especialmente sensible: en plena fiesta mayor y durante la temporada turística de verano, cuando la población del municipio prácticamente se duplica, pasando de unos 20.000 habitantes a cerca de 40.000. Ante la falta de efectivos municipales, el gobierno local ha decidido reforzar la seguridad del evento con agentes de los Mossos d’Esquadra procedentes de la comisaría de Pineda de Mar.
Los vecinos han recibido la noticia con «inquietud e intranquilidad» por la ausencia de patrullas de la policía municipal en las calles, temiendo que esta situación pueda afectar a la seguridad durante estas semanas de alta afluencia de visitantes.
Los policías mantienen un pulso con el Ayuntamiento para lograr mejoras laborales y denuncian que, como represalia, se les han anulado las vacaciones previstas para agosto. Las negociaciones comenzaron a finales de 2024 con aparente voluntad de acuerdo, pero, según el sindicato SIP-FEPOL, el consistorio, dirigido por la alcaldesa socialista Sònia Viñolas (PSC), rompió unilateralmente el diálogo a finales de marzo de este año 2025.
El conflicto se enmarca en la falta de un convenio colectivo, caducado desde 2020. En julio, la plantilla comunicó al gobierno local que dejaría de realizar horas extra voluntarias. Pocos días después, el Ayuntamiento decretó la cancelación de las vacaciones ya concedidas, alegando «necesidades del servicio». Como compensación, ofreció pagar los gastos derivados de la anulación de viajes contratados por los agentes y sus familiares.
La medida provocó duras críticas por parte de los sindicatos SIP-FEPOL y UGT, que la consideran una vulneración de derechos laborales. Según el sindicato policial, la situación ha llevado a varios agentes a solicitar la baja médica por problemas de salud vinculados al estrés, la ansiedad y el agotamiento físico y emocional.
La alcaldesa Viñolas ha defendido la voluntad de su gobierno de seguir dialogando con los sindicatos: «El gobierno municipal reafirma su disposición a continuar las negociaciones con todos los trabajadores y trabajadoras en el marco de la mesa negociadora».
El hecho de que cincuenta agentes se acojan a la baja por un conflicto laboral resulta poco común. Jaume Sellarès, vicepresidente del Colegio de Médicos de Barcelona, señala que usar la baja médica como forma de protesta es «inusual» y que la medicina se basa en la confianza entre médico y paciente. «Es un mal uso de un derecho del trabajador y constituye un fraude que se puede perseguir. Para ello existen los inspectores de trabajo, el ICAM y otros mecanismos. Quien comete un fraude debe atenerse a las consecuencias», advierte.
Ahora, el Ayuntamiento del PSC tiene el reto de reconducir un conflicto que ha estallado en el peor momento posible. Con la población duplicada y la fiesta mayor en marcha, el consistorio deberá demostrar capacidad de diálogo y gestión para recuperar la normalidad en las calles y la confianza de unos vecinos que miran con preocupación la falta de policías y la incapacidad del consistorio de llegar a un acuerdo.
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