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Adam Lambert: ¿la operación fiasco de Queen?

El sustituto de Freddie Mercury en la mítica banda irrita a los fans más veteranos por su estilo y voz tan poperos

Adam Lambert, en escena junto a Brian May
Adam Lambert, en escena junto a Brian MayLa Razón

En la música, pocos asuntos son tan espinosos como el cambio de cantante de un grupo, por el motivo que sea. En el 99 % de las bandas, el vocalista es el frontman, la cara más conocida, la imagen del grupo. Como mucho, el guitarrista está a su nivel. Es decir, no es lo mismo tomar esta medida en Olé Olé o en La Oreja de Van Gogh que, salvando las abismales distancias, que, en una hipotética y muy lejana posibilidad, The Rolling Stones, y quienes nos ocupan, Queen. Ha sucedido, y dos veces, con diferente fortuna.

Decíamos que sustituir a un cantante de un grupo siempre es muy difícil. Y conlleva riesgos y posibles sonoros fracasos. También éxitos, como Black Sabbath (Dio por Ozzy Osbourne) y AC/DC (Brian Johnson por Bon Scott). El problema en el caso de Queen es la tremenda y única personalidad de Freddie Mercury, además de su talento sin igual. De la misma manera que nadie imagina a Nirvana con un cantante que no sea Kurt Cobain, lo mismo sucedía con Queen, pero sucedió.

En el doble disco en vivo “Live at Wembley 86″, publicado en 1992 pero que fue grabado en 1986, la última gira mundial con Freddie, el vocalista lanzó un claro mensaje: “Hemos oído rumores que dicen que nos separamos, pero la verdad es que nos mantendremos juntos hasta el final”. Tenía razón a medias.

Tras la publicación de “Innuendo” en 1991, Freddie murió por el motivo de sobras conocido. Parecía quedar clarísimo que no habría reunión con otro cantante, y que incluso publicaron el más que prescindible “Made in heaven”, con tomas vocales grabadas por el cantante antes de fallecer.

Durante años se siguió sin hablar de posibles regresos, hasta que sucedió lo inimaginable. Queen con otro cantante, y no uno cualquiera. El elegido fue uno de los mejores vocalistas de la historia del rock, Paul Rodgers, quizá poco conocido en España. Sin embargo, había liderado a Free y Bad Company, dos bandas míticas aunque diferentes entre sí, con un repertorio espectacular. Dos de sus himnos, “All right now” de Free y “Can’t get enough” de Bad Company son temas imperecederos, conocidos incluso por el gran público.

 

Rodgers estuvo cinco años en el grupo, tiempo en el que giraron varias veces e incluso grabaron el disco “The cosmo rocks”, que de forma merecida pasó muy desapercibido. El único problema en directo es que estamos hablando de dos cantantes increíblemente diferentes. Rodgers viene de la escuela soul y blues, mientras que es conocido el amor de Freddie por la ópera, el ballet y un estilo tan apabullante como histriónico. En 2009 se terminó la historia.

Tras más años de calma, se produjo un previo aviso de lo que se venía encima de los fans más clásicos de Queen, los que prefieren “Brighton rock” que “A kind of magic”. Brian May tocó en directo “We will rock you” con la boyband Five.

 

No fue nada comparado con unas declaraciones del guitarrista, que llegaron poco después. Dijo que “me comentaron que en el programa American Idol hay un cantante que interpreta muy bien nuestros temas, se llama Adam Lambert. He visto algunos videos en YouTube y me han gustado, es asombroso”. May convenció al batería, Roger Taylor, de volver a la carretera con Lambert. No así al bajista, John Deacon, que nunca más ha tocado con ellos.

Y se confirmó en 2012. Adam Lambert calzaría las botas de Freddie. Anteriormente, era conocido por haber participado en el programa “American Idol”, la versión estadounidense de “Operación Triunfo”. Quedó cuarto. Con esta tarjeta de presentación, es lógico que los fans veteranos de Queen se mostraron, por decirlo suave, disgustados.

Lambert, de 38 años, se crió en el Rancho Peñasquitos, en California, y ya desde muy joven ya participó en musicales como “The Ten Commandments”. Ha grabado cuatro discos en solitario y es evidente que su estilo gusta más a los fans de los Queen de los 80 que de los 70, al ser un cantante pop. Su debut con Queen tuvo lugar en una ceremonia de los Oscar, con un Javier Bardem extasiado. Quedó claro que su estilo es muy diferente al de Freddie, y la voz también. Sí que canta de forma teatral, lo que le sirvió para seguir adelante en “American Idol”.

Una especie de simulacro de sexo oral con un bailarín en uno de sus shows en solitario, le puso las cosas difíciles durante meses, pero siguió adelante. El revés no pareció afectar su carrera a la larga. Durante ese año y en parte del siguiente completó su primera gira por Estados Unidos, Canadá y Japón.

Con Queen, se han sucedido las giras, con las iras del sector de fans más veteranos, rockeros de la vieja escuela que no aguantan ese estilo tan popero, y el éxtasis de sus típicos seguidores españoles, que lo único que conocen de rock es la banda británica.

En noviembre de 2011, Lambert se estrenó como vocalista de Queen en los premios MTV Europe Music Awards celebrados en Belfast, una gala en la que Queen (mucho antes de la fiebre desatada por la película) iba a recibir el premio Global Icon. Al mes siguiente, se informaba de un acuerdo de Lambert y los dos miembros del grupo Queen para que la colaboración se extendiese en más conciertos.

Paralelamente, Lambert siguió adelante con su carrera en solitario, y con incursiones en la electrónica. También ha aparecido en algunas películas y ha formado parte de jurados de concursos televisivos.

Lo último que se conoce de esta extraña alianza es el documental “The show must go on”, que se puede ver en Netflix. Es muy aconsejable para los fans veteranos, porque se desvela la duda de si habrá disco con Lambert y con canciones nuevas.