Coronavirus

Cataluña “no descarta” el toque de queda

“En estos momentos no está encima de la mesa”, matiza el presidente en funciones, Pere Aragonès, quien supedita alargar las restricciones actuales a la evolución de los contagios, que siguen al alza

Una persona circula en monopatín por una calle de Barcelona
Una persona circula en monopatín por una calle de BarcelonaDavid ZorrakinoEuropa Press

Cataluña va camino de superar el inicio de la segunda oleada y el primer fin de semana con bares y restaurantes cerrados sin mejorar las cifras de transmisión del virus, al alza desde hace ya varios días. Hoy, por ejemplo, el riesgo de rebrote ha superado los 400 puntos por primera vez en estos últimos meses y hay que sumar hasta 2.835 contagios, 16 pacientes y 115 nuevos ingresados en centros hospitalarios. Cifras que no dan tregua mientras siguen las limitaciones sociales, con una velocidad de reproducción de la enfermedad que se sitúa en 1,30. Es decir, 10 personas contagian a 13.

En este contexto, la Generalitat no descarta alargar las restricciones aprobadas durante al menos 15 días -"no lo hemos hecho nunca", aseguró ayer en TV3 el secretario general de Salut, Marc Ramentol- e incluso mira de reojo a París y su toque de queda instaurado este fin de semana. “No podemos descartar ninguna medida, el toque de queda no está descartado, aunque en estos momentos no está encima de la mesa”, ha admitido el presidente en funciones, Pere Aragonès (ERC) tras visitar el Hospital de Palamós junto a la titular de sanidad, Alba Vergés. Es decir, en un contexto de epidemia, la Generalitat no se niega a nada “en el futuro” para contenerla, aunque ahora mismo la situación no hace contemplarlo.

Unas declaraciones en línea con las efectuadas ayer por el consejero de Interior, Miquel Sàmper, quien aseguró que el Govern está observando “la eficacia” del toque de queda nocturno. “Queremos ver los resultados y la eficacia que tiene” en Francia, aunque “ni en el Govern ni en ninguna reunión del Procicat se ha hablado de esto todavía”. Sàmper así lo dijo tras explicar que los operarios del teléfono 112 han recibido muchas llamadas por “botellones” que tienen lugar en las calles y plazas y que suponen, ha advertido, “un foco increíble de propagación”.

En este sentido, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han desarrollado la pasada noche del sábado al domingo diversas actuaciones por incumplimiento de las normas que se han saldado con 573 personas desalojadas y 112 denunciadas.

Si el toque de queda nocturno no está encima de la mesa, sí lo están medidas más proactivas como continuar con los cribados masivos y empezar a implantar las automuestras. Esta última es una nueva técnica para detectar casos de COVID-19 con la que cada persona recoge su propia muestra al pasar durante cinco segundos un bastoncillo por las fosas nasales.

La consellera de Salud, Alba Vergés, ha explicado que comenzarán aplicando esta técnica en las escuelas, a partir de Primero de ESO, y entre el personal de residencias y centros hospitalarios, siempre bajo supervisión médica. La Generalitat calcula que en Cataluña se podrán realizar unas 24.000 pruebas más al día, que se sumarán a las 30.000 diarias que se hacen actualmente.

Abre la puerta a ampliar las ayudas económicas

Ante las críticas de los comerciantes y el sector de la restauración por el cierre total de bares y restaurantes y la limitación de aforo en los demás establecimientos, Aragonès ha salido al paso y ha anunciado que las ayudas por 40 millones de euros a los sectores afectados por las nuevas medidas sanitarias del Govern pueden ser ampliables «dependiendo de la situación». Además, ha vuelto a reclamar al Gobierno, «quien recauda los impuestos más grandes», aplazar el cobro del IVA y otros tributos.