Grave agresión
Vídeo: tres neonazis intentan quemar vivo un indigente en Barcelona
Un trabajador de un gimnasio cercano, en el barrio del Raval, pudo parar el ataque
Lo ha contado el Gimnàs Social de Sant Pau esta mañana a través de su cuenta de Twitter. Tres jóvenes, sobre las 8.00 horas, rociaron con gasolina un indigente “sin techo”, con la clara intención de quemarlo.
Lo ha podido explicar él mismo, por suerte, en un vídeo difundido por la CUP de Ciutat Vella, ya que el gimnasio está ubicado en el barrio barcelonés del Raval. Afortunadamente, un trabajador del gimnasio lo ha visto todo y ha podido parar la tragedia.
De momento, no constan denuncias y los Mossos d’Esquadra están intentando averiguar más detalles para aclarar los hechos y localizar a los agresores, que se podrían enfrentar a penas de prisión.
Un hecho muy similar y con peor final ocurrió hace 16 años en Barcelona, en esta ocasión en un cajero automático de la calle Guillem Tell, en el barrio de Sant Gervasi. María Rosario Endrinal “Charo” la vida le trató mal y falleció quemada con vida por tres chicos adolescentes. La rociaron con un disolvente inflamable que prendieron con una colilla.
La Audiencia de Barcelona condenó a 17 años de prisión por un delito de asesinato a Oriol P. y a Ricard P., los dos jóvenes que, junto a un menor de edad que fue condenado a ocho años de internamiento que ya cumplió, rociaron con líquido inflamable y quemaron viva a la mendiga en el cajero automático.
La sentencia del caso, que conmocionó a Barcelona e hizo correr ríos de tinta en la prensa de la época, deja claro que se trató de un asesinato y del “dolor intenso causado a la víctima”, que apenas tenía 50 años, aunque aparentaba algunos más por las penurias en las que malvivía.
Para denunciar la aporofobia (odio hacia la gente pobre), varios colectivos y vecinos de Sant Gervasi organizaron un homenaje a la mujer con una concentración de velas en memoria de Rosario Endrinal.
La sentencia consideró probado que los jóvenes, de apenas 18 años, atacaron a la víctima sobre las 1.40 horas del día 16 de diciembre de 2005 con diversos objetos, como una naranja, una botella de plástico con restos de líquido y dos conos de señalización viaria.
Tras este primer ataque, los tres jóvenes “urdieron una trampa” para engañar a María Rosario Endrinal y para que ésta les abriera el cajero automático en el que estaba encerrada intentando dormir.
Así, el menor, golpeó la puerta con gestos de necesitar utilizar el cajero automático para que la indigente le dejara pasar mientras los otros dos jóvenes estaban escondidos.
Previamente, se apoderaron de un bidón que estaba en un andamio cercano y que contenía cinco litros de un disolvente compuesto de acetona, acetato de etilo, metanol y tolueno, sustancias que aceleran la combustión.
La sentencia estableció que tras verter el líquido cerca de la mujer, Ricard P. tiró una colilla que portaba, causando una potente deflagración que quemó a la mujer, momento en que los dos acusados y el menor abandonaron el lugar “sin que ninguno de ellos auxiliara o requiriera auxilio para la víctima”. La mujer vivía en la indigencia porque se habían roto todos sus lazos familiares y afectivos.
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