Elecciones Catalanas

Post14-F

Esquerra y PSC contactan, pero aún mantienen vetos al pacto

Inician conversaciones «discretas» para abordar cuestiones de la próxima legislatura

El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat.
El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat.Generalitat/Rubén MorenoEFE

Esquerra tiene la voluntad de cerrar un acuerdo para la investidura de Pere Aragonès lo más pronto posible, pero el camino para alcanzarlo se antoja sinuoso. El plan inicial de los republicanos pasa por un gobierno a cuatro con JxCat, Comunes y CUP, aunque poco a poco se van revelando sus complejidades: a los vetos mutuos entre el partido de Laura Borràs y el de Jéssica Albiach, hay que añadir las extravagancias de los cuperos (división interna por cómo afrontar la legislatura y caras exigencias sobre los Mossos d’Esquadra). Si fracasa ese plan, se podrían empezar a abrir las puertas a otros escenarios, como el de un gobierno en minoría (presumiblemente de Esquerra en solitario o con Comunes), que ya asoma con fuerza y el PSC ahí cobraría protagonismo.

De hecho, pese a que Esquerra se mantiene firme y se cierra en banda a un posible pacto con los socialistas catalanes, los contactos «telefónicos» y «discretos» entre ambas formaciones ya han empezado: tanto para hablar de la constitución del Parlament –hay en juego siete puestos de mando del hemiciclo catalán– como de la investidura. Es un acercamiento todavía muy tímido porque los republicanos insisten en mantener su rechazo al PSC, pero significativo porque alimenta la posibilidad de abrir la puerta a integrar a los socialistas catalanes en la ecuación de la gobernabilidad. En este sentido, cabe subrayar el clima de diálogo que también se está tratando de crear desde el Gobierno, apuntando cada vez con más insistencia hacia la necesidad de que Cataluña disponga de un Govern de izquierdas.

Lo cierto es que los resultados del 14 de febrero han dado a Esquerra la capacidad de tomar la iniciativa para formar Govern y la posibilidad de elegir entre una mayoría independentista –con JxCat y CUP suman 74 diputados– o una mayoría de izquierdas –con PSC y Comunes suman 74 diputados–. Los republicanos están presos ahora de las hipotecas de la campaña electoral con el veto al PSC y se ha encarecido mucho dar un giro. No obstante, la realidad también se va imponiendo y va reflejando que si miran a la izquierda tendrán mucha mayor estabilidad para afrontar la próxima legislatura, llena de retos –aprobar los presupuestos, impulsar la reconstrucción económica y gestionar los fondos europeos–, que si se mantienen con el independentismo. Tanto JxCat como la CUP serán una fuente de fricciones, tanto por las discrepancias en materia de «procés» como en materia socioeconómica porque al final es intentar casar a liberales como Joan Canadell con anticapitalistas como la propia Dolors Sabater. También las extravagancias de los cuperos (ahora piden la disolución de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra) y sus dinámicas internas harán muy difícil la convivencia en la Generalitat. Borràs se reunió ayer con Carles Puigdemont para abordar cómo encarar las negociaciones con ERC.

Mientras Esquerra sigue explorando un acuerdo con las tres fuerzas soberanistas, el PSC tampoco va a dar ninguna señal de inmovilidad pese a las escasas opciones que tiene de presidir el Govern. Así, los socialistas catalanes mantienen la iniciativa y en las próximas horas iniciarán contactos con los Comunes para tratar de recabar apoyos para una investidura de Salvador Illa. Ya han nombrado a su propio equipo negociador, que estará formado por Eva Granados, Alícia Romero, Ferran Pedret y Raúl Moreno. El partido de Illa y Miquel Iceta quiere mostrarse activo tras la victoria obtenida en las elecciones.