Sucesos

Desarticulada una secta por abusos sexuales

Los Mossos detienen al líder, de 66 años, y que se autodenominaba “maestro iluminado”

Detención por presuntos abusos sexuales en el marco de una secta. MOSSOS D'ESQUADRA
Detención por presuntos abusos sexuales en el marco de una secta. MOSSOS D'ESQUADRAMOSSOS D'ESQUADRA

Los Mossos d’Esquadra han detenido al gurú de una supuesta secta de Barcelona, que se presentaba como grupo de crecimiento personal y psicoterapéutico, por presuntos abusos sexuales y vejaciones a sus seguidores mediante manipulación psicológica.

El líder, un hombre de 66 años, se autodenominaba “maestro iluminado” y fue detenido el 29 de marzo junto a su pareja y ayudante, una mujer de 50 años, según un comunicado de los Mossos de este viernes.

El arresto tuvo lugar en La Pobla de Lillet, tras una investigación que se inició en septiembre de 2020, cuando la policía supo que un grupo de personas había sido presuntamente víctima de abusos psicológicos y sexuales.

El 6 de abril detuvieron a una tercera persona: una mujer italiana de 43 años que presuntamente colaborada con el líder y participaba en los abusos y vejaciones, y a quien los agentes consideran una “pieza clave” en el proceso de captación de nuevos miembros.

Algunas de las víctimas llevaban cerca de 10 años en la presunta secta, en la que ingresaron tras rupturas sentimentales, situaciones de desarraigo tras mudarse y otras circunstancias “de vulnerabilidad psicológica”.

Cuando el encargado de la captación identificaba a alguien en esta situación, según los investigadores, hablaba positivamente a la víctima de su ‘maestro’ y le invitaba a participar en sus actividades, cuyo “secretismo” reforzaban el vínculo de la víctima con el grupo.

Primero les convencían para participar en sesiones individuales, y luego los invitaban a las grupales, que incluían actividades de meditación y se celebraban en un local de Barcelona previo pago; la presunta secta también organizaba retiros de fin de semana.

En esas actividades se combinaba “el cansancio físico con la poca alimentación y la privación del sueño”, lo que provocaba el debilitamiento psicofísico de las víctimas, más vulnerables y proclives a obedecer sus órdenes.

Según los investigadores, también se llevaban a cabo “actividades de carácter erótico y sexual” supuestamente para superar traumas, y el gurú sometía a las víctimas a pruebas, también de contenido sexual, que presuntamente utilizaba como forma de control.

Si incumplían esas normas, recibían un castigo: “La dependencia psicológica y el grado de manipulación era tal que las víctimas tenían un gran temor a ser expulsadas del grupo”, han explicado los Mossos.

Las víctimas también han denunciado presuntos intentos de cambiar su orientación sexual, lo que la policía catalana considera que puede constituir un supuesto de vejación homófoba, y los detenidos están en libertad con cargos.

La policía catalana, en esta investigación de la Comisaría General de Información (CGINF), acusa a los 3 detenidos de a detenido a tres personas e investigan a otra, como presuntos autores de diversos ilícitos en un contexto de manipulación psicológica grupal, delitos principalmente de asociación ilícita, abusos sexuales y vejaciones.

La captación se hacía mediante el boca a oreja, y había una miembro del grupo que cubría esta función principalmente. Cuando detectaba a alguna persona en un momento vital vulnerable, hablaba positivamente sobre su “maestro”. Después contactaban, y si los aceptaban empezaban con una sesión individual, poco a poco los introducían en sesiones grupales. Por otra parte, las actividades y el secretismo que imperaba contribuían al distanciamiento de su entorno de referencia y reforzaban el sentimiento de pertenencia al grupo.

El líder del grupo se atribuía conocimientos y capacidades para hacer crecer espiritual y emocionalmente a las víctimas, a quienes se refería como “alumnos”. Se ganaba su confianza y obtenía todo tipo de informaciones que posteriormente utilizaba para manipularlas psicológicamente, llegando a ejercer un gran control sobre varias esferas de su vida. Las víctimas pagaban para asistir a diferentes tipos de sesiones para obtener nuevos conocimientos, mejorar su estado anímico y, potencialmente, alcanzar la pretendida “iluminación”. Los pagos que efectuaban los “alumnos” para las sesiones y actividades formaban parte del modus vivendi del líder del grupo, quien utilizaba técnicas de manipulación psicológica para captar, adoctrinar y mantenerlos en el grupo.

Durante las sesiones el líder del grupo les hacía pasar pruebas, muchas veces de contenido sexual, e iba elevando la dificultad a medida que iba venciendo los límites de sus seguidores. Establecía normas de control muy estrictas, como prohibir hablar de lo que hacían a las sesiones o perjudicar y evitar las relaciones de los miembros fuera del círculo. En caso de que incumplieran las normas o directrices del líder se les imponía castigos y vejaciones. A veces hacía que también participaran en los castigos otros miembros del grupo. La dependencia psicológica y el grado de manipulación era tal que las víctimas tenían un gran temor a ser expulsados del grupo.

Las prácticas abusivas llegaron al extremo de abusos sexuales, así como el sometimiento a varios tipos de humillaciones. Las personas afectadas habrían sufrido varios tipos de abusos durante años. Entre los hechos denunciados se incluye, incluso, el intento de modificar la orientación sexual de alguna de las víctimas, en lo que se podría considerar un contexto de vejaciones de carácter homófobo.