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ERC vs JxCat: cara a cara de nuevo tras la ruptura

Ambos partidos se vuelven a reunir en el Parlament tras el desacuerdo para formar Govern. El objetivo de los republicanos es solo la investidura de Pere Aragonès

El candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, en el Parlament al inicio de la segunda vuelta del pleno de investidura fallido del pasado marzo
El candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, en el Parlament al inicio de la segunda vuelta del pleno de investidura fallido del pasado marzoDAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESSDAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

Esquerra y Junts per Catalunya se vuelven a reunir este martes después de la sonora ruptura anunciada por los republicanos para la investidura de Pere Aragonès y la formación del Govern, una maniobra que puede suponer un antes y un después en las relaciones del independentismo. El encuentro de hoy, el primero tras el desacuerdo, se celebra en el Parlament con ambos protagonistas frente a frente -aunque sea de forma telemática- y la intención por parte de ERC de negociar solo la investidura. Nada de gobierno en coalición.

ERC quiere un Govern en solitario, y aquí entra en juego la endiablada aritmética parlamentaria derivada de las urnas: la suma con los comunes y la CUP para que Aragonès coja el mando de la Generalitat apenas alcanza los 50 diputados -la mayoría absoluta está en 65- y los republicanos necesitan o el apoyo de JxCat o al menos cuatro votos favorables y el resto abstención para que salga adelante. Los posconvergentes son claves para la presidencia, un factor esencial que condiciona los pasos de Esquerra.

Fuentes del partido republicano ven a día de hoy irreversible su voluntad de gobernar en solitario y rechazan la posibilidad de pactar un Ejecutivo de coalición con JxCat después de más de 80 días sin alcanzar un acuerdo.

Los republicanos consideran que ya han dado suficiente margen para buscar la coalición con el partido de Carles Puigdemont y que no hay tiempo para volver a reabrir esta negociación, de manera que solo contemplan la opción de lograr los votos para investir a Aragonès y formar gobierno en solitario, o ir a elecciones de nuevo. Cabe recordar que la fecha límite para evitar unos segundos comicios, que quedarían encuadrados en pleno julio, es el 26 de mayo, en justo dos semanas. Si antes de ese día no hay president, el Parlament se disolverá y quedarán convocadas las elecciones de forma automática.

Los posconvergentes, tras amagar con ceder sin apenas contrapartidas cuatro “síes” a ERC en boca de Jordi Sànchez, han rectificado y ahora elevan sus condiciones para facilitar la investidura de Aragonès conscientes de su papel imprescindible en el debate.

¿Primera ruptura desde 2012?

La ruptura entre ERC y JxCat -de consumarse, la primera desde 2012- se debe a las crónicas discrepancias entre ambos partidos por el mando del “procés” -los republicanos culpan a Puigdemont de querer pilotarlo-, la unidad de acción en el Congreso -JxCat insiste en unificar el voto y Esquerra lo rechaza de plano- y la preparación del “embate” contra el Estado en los próximos dos años.

Cumbre tras la segunda cita con los comunes

Para evitar ese escenario, ERC negocia a dos bandas: con JxCat y con los comunes, la facción catalana de Podemos. Esta tarde, los republicanos también se han reunido con el partido morado después de la primera cumbre celebrada ayer. A los encuentros participa la portavoz de ERC, Marta Vilalta, y los diputados de los comunes, David Cid, Susana Segovia y Lucas Ferro. Ambas formaciones se pusieron de acuerdo en cimentar las negociaciones en cinco ejes: transición ecológica, sanidad, reactivación económica, feminismo y diálogo con el Estado.

ERC desea contar con el apoyo de los comunes -ocho diputados- para la presidencia de Aragonès pero mantiene su apuesta por un Ejecutivo en solitario, por lo que no contempla la posibilidad de abrir el Govern a las formaciones que lo han hecho posible con sus votos hasta después de la investidura.