Municipal
El Ayuntamiento impulsará 550 “electrolineras” en Barcelona
El gobierno municipal ultima la primera regulación en España de puntos de recarga eléctricos
El Ayuntamiento de Barcelona quiere que la ciudad disponga de más de 660 puntos de recarga de vehículos eléctricos, en la actualidad apenas hay un centenar, y para ello ha iniciado la tramitación de una normativa, pionera en España, que regulará la implantación de ‘electrolineras’ y de puntos y estaciones de recarga e intercambio de baterías. El consistorio quiere de esta forma impulsar el uso del vehículo eléctrico, que se prevé que crezca significativamente en la ciudad en los próximos años, y por ello tramita ya una normativa pionera en España que ordena la implantación de los puntos de recarga y que permitirá multiplicar por seis la oferta actual.
El Ayuntamiento de Barcelona aprobó en 2020 limitar la puesta en marcha de nuevas gasolineras -actualmente la ciudad tiene 92 estaciones de servicio- y, con la nueva normativa que ahora prepara, quiere poner «la ciudad a punto para un nuevo modelo de movilidad verde y eficiente», según informó ayer. El documento aprobado establece que, en el entramado urbano, sólo se podrán instalar estaciones de carga eléctrica dentro de parkings públicos y privados, talleres y concesionarios ya existentes. Es decir, que no se podrá crear una electrolinera en el mismo formato que las gasolineras tradicionales que conocemos. Según la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, la normativa prevé que las gasolineras de combustible puedan convertirse en electrolineras. «El objetivo es aprovechar espacios existentes, no es necesario que nos inventamos espacios nuevos», sentenció. Además, habrá algunas excepciones, ya que el Ayuntamiento sí que permitirá abrir gasolineras eléctricas en el entorno de las rondas, los accesos al nudo de la Trinidad, en las áreas industriales de la Zona Franca y el Besòs, y en algunos puntos del Carmelo, Can Baró, la Font d’en Fargues, el Guinardó y el norte del distrito de Sant Martí. Son zonas estratégicas para los vehículos comerciales. De hecho, esta excepción sigue el espíritu del plan municipal sobre gasolineras de carburantes (que sólo permite la apertura de nuevas en las rondas y los polígonos).
Lo que sí se podrá mantener en las calles de Barcelona son los puntos de recarga eléctrica públicos (que, en este caso, sí que se ubican en el entramado urbano del centro de la ciudad, como la Diagonal o la supermanzana del Poblenou ). Eso sí, con fecha de caducidad: el plan prevé que se puedan instalar nuevos hasta el 2031 (durante 10 años) y que puedan funcionar, como muy tarde, hasta el 2041 (10 años más).
Las zonas de recarga se podrán instalar también en los aparcamientos de centros comerciales, en los talleres y en concesionarios de vehículos o depósitos municipales de vehículos eléctricos. Por el contrario, los puntos de intercambio de baterías de bicicletas, patinetes o vehículos de movilidad personal similares no se podrán situar en el espacio público y de equipamientos.
La normativa que prepara el consistorio establece asimismo que los puntos de recarga en la vía pública seguirán siendo «de impulso público» y tendrán una validez de 10 años. No altera sin embargo la normativa las condiciones de implantación de puntos de recarga eléctrica lenta o de baja potencia, ya sea en aparcamientos públicos, privados o colectivos (residenciales o de empresa), que establece un punto de recarga por cada 10 plazas.
Barcelona dispone actualmente de 113 emplazamientos con 869 puntos de recarga eléctrica, el 80 % de estos en aparcamientos públicos y el resto en la vía pública. El plan municipal prevé un crecimiento de unas 550 instalaciones, hasta más de 660 en total, y establece 491 aparcamientos susceptibles de acoger puntos de recarga y 51 gasolineras que se podrán transformar en ‘electrolineras’.
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