Sánchez se inclina ante la bandera catalana sin presencia de la española

El protocolo en política pesa mucho. De ahí que la guerra de símbolos entre el Gobierno y la Generalitat sea un tema también muy recurrente en cada reunión que mantienen los mandatarios de ambos ejecutivos. En esta ocasión, Pere Aragonès ha salido a recibir a Pedro Sánchez a las puertas del Palau de la Generalitat y, en su primer paso, el presidente del Gobierno, casi conminado por el president, se ha inclinado ante la bandera catalana.

Un gesto que ha contrastado con el desprecio que después ha tenido Aragonès hacia la bandera española, al retirarla cuando ha ido a comparecer ante los medios de comunicación. Tampoco ha estado presente la bandera española en la propia entrada al Palau de la Generalitat, ya que solo estaba la “senyera” catalana.

En todo caso, más allá de la guerra de las banderas, Aragonès ha buscado, como hizo Quim Torra el año pasado, recibir a Sánchez con honores de Jefe de Estado, una imagen que trata de visualizar un cumbre bilateral entre países diferentes. Una instantánea, en resumen, muy buscada desde siempre por el independentismo para intentar diferenciar a la Generalitat del resto de autonomías.

Para recibirle con honores de Jefe de Estado, Aragonès ha organizado un recibimiento protagonizado por la Guardia de Honor de los Mossos d’Esquadra, que se suele reservar para los actos protocolarios e institucionales más importantes y escenificar algo parecido a una cita bilateral con un Jefe de Estado a pesar de que Sánchez no es tal.

Aragonès ha salido a recibir a las puertas del Palau de la Generalitat a Sánchez, donde sigue colgando en el balcón la pancarta en defensa de los presos independentistas que acabó inhabilitando a Torra. En esa pancarta se lee: “Libertad de expresión y de opinión”. Torra se negó a retirarla durante un periodo electoral a petición de la Junta Electoral Central y acabó siendo inhabilitado y destituido como president.