Prevención

Una analítica permite identificar los falsos positivos de riesgo de preeclampsia y retirar así la medicación a las gestantes

El cribaje del primer trimestre permite identificar al 10 o 15% de las gestantes con riesgo de preclampsia, sin embargo el 90% de éstas no desarrollará la enfermedad. Ahora, un estudio, en el que ha participado Vall d'Hebron, ha demostrado la eficacia de un indicador que, a través de una analítica, permite confirmar si ese riesgo es real o no

Lucía, en la foto jugando con su hijo Marçal, ha sido una de las gestantes que ha participado en el estudio
Lucía, en la foto jugando con su hijo Marçal, ha sido una de las gestantes que ha participado en el estudioVall d'Hebron

La preeclampsia es una enfermedad propia del embarazo que se caracteriza por hipertensión arterial y proteína en la orina. Ésta es la segunda causa de complicaciones maternas en la gestación y, de hecho, es también la segunda causa de mortalidad materna en el mundo, con en torno a 70 mil muertes anuales, y está detrás de 500 mil muertes fetales a nivel mundial al año.

Esta patología, que provoca inflamación en las arterias y venas del corazón y puede acabar produciendo daños en órganos, principalmente en el riñón, así como ictus hemorragia cerebral, infarto o edema pulmonar, no cuenta a día de hoy con un tratamiento curativo, de manera que, su desarrollo fuerza a adelantar el parto, lo que, en muchos casos, comporta prematuridad, siendo ésta la principal causa de complicaciones en el recién nacido. "La preclampsia aumenta de forma significativa el riesgo cardiovascular diez años después del parto", señala el doctor Manuel Mendoza, responsable de la Unidad de Insuficiencia Placentaria de Vall d'Hebron e investigador del grupo de investigación de Medicina Materna y Fetal de Vall d'Hebron Instituto de Investigación.

En este contexto, la única forma, por el momento, de prevenir la aparición de preeclampsia es la ingesta diaria de aspirina desde el primer trimestre de embarazo, por ello, desde 2020, se realiza de forma sistemática a todas la embarazadas un cribaje que permite calcular el riesgo de preeclampsia a partir de los datos de una analítica y una ecografía. "En la semana 12 de gestación se realiza el test y si éste da un riesgo elevado, se recomienda aspirina, que reduce entre un 60 y un 80% la aparición de preeclampsia", explica Mendoza, quien al respecto indica que la ingesta de este medicamente se "prolonga hasta la semana 36 de embarazo".

No medicar sin necesidad

El caso es que, si bien el test indica un alto riesgo de preclampsia al 10 o 15% de las embarazas, el 90% de ellas no sufrirá esta enfermedad, pero sin embargo ha estado medicándose durante casi toda la gestación y, en este sentido, hay que recordar que la aspirina tiene un riesgo de hemorragia, así como de otras complicaciones, más infrecuentes, como el desprendimiento de la placenta o un cierre prematuro del corazón del feto. Por lo tanto, para prevenir la preclamsia, "se está tratando a un número importante de pacientes que no van a desarrollar la enfermedad y exponiéndoles a un medicamento innecesario durante todo el embarazo", apunta el doctor, quien, en este sentido, señala la importancia de "poder retirar la aspirina lo más prematuramente posible".

Con este fin, entre 2019 y 2021, nueve hospitales españoles -seis catalanes, dos madrileños y un canario-, entre ellos el Hospital Vall d'Hebron, desarrollaron un estudio para valorar la posibilidad de recurrir a un indicador androgénico en sangre para detectar los falsos positivos del test de alto riesgo del primer trimestre y así poder parar el tratamiento con aspirina lo antes posible, y los resultados, que se conocieron el pasado mes de febrero, apuntan que un valor de dicho indicador normal, que se puede valorar a partir de una analítica en el segundo semestre de gestación, entre la semana 24 y 28, indica un falso positivo y, por lo tanto, se puede retirar la medicación sin que aumente así el riesgo para la embarazada de desarrollar preeclampsia

Es posible retirar el tratamiento

En el marco de esta investigación, se siguieron a 936 gestantes que habían dado positivo en el test de preeclampsia durante el primer trimestre, por lo que iniciaron el tratamiento con aspirina, y posteriormente, en una analítica durante el segundo semestre, éstas dieron niveles normales del indicador androgénico. Tras este último análisis de sangre, entre las semanas 24 y 28 de embarazo, a la mitad de ellas se les retiró el tratamiento, mientras que la otra mitad continuó con la dosis habitual de aspirina y el resultado fue que no hubo diferencia en lo que se refiere a la incidencia de preclampsia entre un grupo y el otro, lo que prueba que el test del indicador androgénico es efectivo para detectar los falsos positivos del cribado del primer trimestre.

Al respecto, el doctor Mendoza comenta que "en el grupo de las mujeres que siguieron con la medicación, de las cerca de 500 embarazadas, siete acabaron desarrollando preeclampsia, mientras que entre las que sí continuaron con el tratamiento, fueron ocho las que desarrollaron la enfermedad, lo que demuestra que dejar la aspirina no aumenta la incidencia de preeclampsia".

Sin angustias

Lucía es una de estas 936 gestantes que participaron en el estudio y formó parte del grupo que abandonó el tratamiento tras haber dado niveles normales del indicador en el test del segundo trimestre. Durante su primer embarazo, hace ya cinco años, no se hacía un cribaje sistemático a las gestantes para conocer su riesgo de preeclampsia, de manera que no siguió el tratamiento preventivo con aspirina, sin embargo, durante la gestación, se comprobó que su hija, Sança, sufría un retraso en el crecimiento debido a una placenta insuficiente, lo que muchas veces se asocia a una preclampsia, y fue necesario inducirle el parto antes de tiempo.

"Mi hija nació en la semana 37 con solo 2.200 kilos y, afortunadamente, creció y se desarrolló muy bien, pero fueron unos meses muy angustiosos, fue duro", recuerda Lucía, quien, sin embargo, cuando hace dos años se quedó embarazada de su segundo hijo, sí pudo beneficiarse de la prueba de cribado, que entonces ya estaba establecida de forma sistemática, y se observó que tenía un alto riesgo de preclampsia. "Con Marçal empecé el tratamiento con aspirina para prevenir la enfermedad y, en el marco de este estudio, me sometí al segundo test, que determinó que mis niveles del indicador androgénico eran normales, de manera que dejé de tomar la medicación entre la semana 24 y la 28 y el niño nació en la semana 41 de gestación con 3.200 kilos y todo fue normal", comenta Lucía para a continuación indicar que "con el niño todo fue más fácil, estábamos más tranquilos porque sabíamos que el embarazo estaba controlado".

En cualquier caso, pese a los buenos resultados del estudio, "no todos los centros tienen la posibilidad de hacer la analítica del segundo semestre con el indicador que hemos usado, de manera que se están mirando otros marcadores" que se puedan utilizar para retirar la aspirina tras los seis meses de embarazo, indica el doctor Mendoza.