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Transporte

Así te va a afectar el macrocorte de Rodalies que dura hasta 2027: más de 15 estaciones cerradas en varias localidades

Las obras entre Hospitalet y La Garriga paralizan la línea y obligan a 21.000 usuarios diarios a depender de buses

La R3 de Rodalies comienza un corte ferroviario que se alarga hasta enero de 2027 Alberto ParedesEUROPAPRESS

El macrocorte ferroviario de la línea R3 de Rodalies arranca hoy, marcando el inicio de unas obras que transformarán la movilidad de miles de catalanes durante los próximos meses. El proyecto, que tiene como objetivo el desdoblamiento de la vía entre Parets del Vallès y La Garriga, conllevará la interrupción total del servicio ferroviario en el tramo comprendido entre L’Hospitalet de Llobregat y La Garriga, un trayecto de 15 estaciones que quedará fuera de servicio al menos hasta mayo de 2026. En enero de 2027 está prevista la finalización completa de los trabajos.

Las obras, ejecutadas por Adif, se presentan como una actuación clave para modernizar una infraestructura históricamente deficitaria, pero su planificación y su larga duración han levantado críticas entre los usuarios y los alcaldes de los municipios afectados. La R3, que une el área metropolitana de Barcelona con Vic, Ripoll y Puigcerdà, es una de las líneas más castigadas de la red catalana. Transporta a más de 21.000 viajeros diarios, y sus usuarios denuncian desde hace años una situación de saturación, retrasos y averías constantes. Ahora, con el parón total del servicio, verán cómo sus trayectos diarios se alargan entre veinte y treinta minutos, dependiendo del destino.

El corte se debe a la complejidad de las obras, que implican actuaciones simultáneas en varios puntos de la línea, entre ellos la estación de Montcada Bifurcació, donde también se están ejecutando trabajos de mejora de infraestructura. A partir de hoy, los trenes dejarán de circular por todo el tramo comprendido entre L’Hospitalet y La Garriga, y los viajeros deberán recurrir a los autobuses alternativos que ha puesto en marcha Renfe para sustituir el servicio ferroviario.

Un plan alternativo sobre el papel

La operadora ha habilitado un plan de transporte por carretera que prevé la circulación diaria de 58 autobuses con una capacidad total de 43.500 plazas. Los autocares partirán desde la estación de Fabra i Puig, en Barcelona, y conectarán con los principales municipios del Vallès afectados por el corte, incluyendo Granollers, Centelles, Parets y La Garriga. La compañía ha establecido un sistema mixto con autobuses directos y con paradas intermedias, con frecuencias de paso que van desde los quince hasta los sesenta minutos, dependiendo del recorrido.

El portavoz de Renfe en Cataluña, Antonio Carmona, ha reconocido que “siempre que hay un transbordo implica un incremento de tiempo”, aunque ha subrayado que el dispositivo “intenta generar el mínimo de molestias posibles”. Para evitar confusiones, especialmente durante los primeros días, la operadora ha destinado a noventa informadores en los principales puntos de transbordo. Además, se han desplegado nueve autobuses de refuerzo, distribuidos en diferentes localidades del corredor ferroviario, listos para activarse en caso de saturación o incidencias.

Pese a ello, colectivos de usuarios han manifestado su preocupación por la magnitud del corte y por la posibilidad de que el sistema alternativo se vea desbordado en las horas punta. Desde la asociación Promoció del Transport Públic, su portavoz, Arnau Comajoan, ha reclamado “una coordinación eficaz entre la llegada de los trenes y la salida de los autobuses”, y ha alertado de que “una mala planificación puede convertir el viaje diario en una odisea para miles de personas”.

Las quejas de los alcaldes

Las reacciones municipales tampoco se han hecho esperar. Los alcaldes de las localidades afectadas han mostrado una mezcla de comprensión y malestar ante el inicio de las obras. La alcaldesa de La Garriga, Meritxell Budó, considera que el transporte alternativo es “insuficiente” y teme que “no esté bien dimensionado para absorber la demanda real en las horas punta”. El alcalde de Vic, Albert Castells, ha asegurado que el corte “es un reto enorme” y ha lamentado “la falta de previsión” con la que se ha trabajado. Según Castells, la sensación general entre los municipios es la de “incertidumbre y desinformación”.

Desde Centelles, su alcalde ha apelado a la calma y ha pedido “confianza y paciencia”, mientras que el de Parets del Vallès ha destacado la importancia de la obra pese a las molestias que supondrá para los vecinos. “Las incomodidades no nos gustan, pero la envergadura del proyecto nos lo hará olvidar cuando esté terminado”, ha afirmado.

Un proyecto necesario, pero eterno

Las obras se dividen en dos fases. La primera, que se extenderá hasta mayo de 2026, incluye el tramo entre L’Hospitalet y La Garriga. La segunda, que comenzará a continuación, afectará de nuevo al sector comprendido entre Mollet de Santa Rosa y La Garriga. Además, el corte también tendrá consecuencias para los usuarios de la línea R7, que a partir del 2 de noviembre dejará de funcionar entre Fabra i Puig y Cerdanyola del Vallès, sustituyéndose igualmente por un servicio de autobús cada media hora en días laborables y cada hora los fines de semana.

Aunque Adif y Renfe defienden el proyecto como un paso adelante hacia la modernización ferroviaria de Cataluña, la sensación entre los usuarios es que las obras se eternizan. Los recelos no son infundados. En la comarca de Osona, por ejemplo, los trabajos de mejora del trazado llevan ya dos años y continúan sin fecha de finalización.

La R3 es una línea estratégica tanto para el transporte de trabajadores como para la conexión universitaria y sanitaria de numerosos municipios del interior con Barcelona. La interrupción prolongada del servicio supone un golpe significativo para la movilidad cotidiana de decenas de miles de personas.

Pese a las promesas de eficiencia y coordinación, los ayuntamientos temen que la improvisación y la desinformación acaben imponiéndose una vez más. Con el inicio del corte hoy, se abre un nuevo capítulo en la larga historia de una línea que, durante años, ha simbolizado la lentitud de las inversiones ferroviarias en Cataluña. Las obras del desdoblamiento son necesarias, pero el tiempo dirá si la espera mereció la pena.