Patriminio

El antiguo cine de Barcelona que reabre como residencia privada para personas mayores

Lo único que se ha conservado es la antigua fachada industrial

El antiguo cine Capri de Barcelona poco después de su inauguración
El antiguo cine Capri de Barcelona poco después de su inauguraciónLa Razón

Barcelona se ha quedado prácticamente sin salas de cine, especialmente en el centro de la ciudad. Hace un mes cerraba sus puertas para siempre uno de los históricos, uno de los que han marcado la vida cultural del Paseo de Gràcia. El Cinema Comèdia ya forma parte de un pasado glorioso cinematográficamente hablando en la capital catalana, pero que en los últimos años ha ido apagándose de manera alarmante. Valga como ejemplo que en el Paseo de Gràcia ya no queda ninguna sala y hablamos de un lugar en el que, además del Comèdia, hubo en funcionamiento otras salas, como el Savoy, el Fantasio, el Fémina o el Publi, pionero en las sesiones matinales. Ahora ya no queda nada.

Pero también le tocó el turno al antiguo Cine Capri, que reabrirá en junio convertido en una residencia privada para personas mayores. La sala de cine de la Marina de Port fue el refugio lúdico de los trabajadores de la Seat durante dos décadas y posteriormente alojó un gimnasio. De aquel edificio construido en los años 50 del siglo pasado, sólo se ha conservado la fachada industrial, que se ha integrado en la estructura del nuevo equipamiento y mantiene los pavés de cristal característicos.

Las obras de la nueva residencia de La Vostra Llar, empresa que tiene otros espacios residenciales para personas mayores en Barcelona, encaran la recta final con el objetivo de abrir entre finales de mayo y principios de junio en función, según ha dicho la misma empresa a betevé, de cuando obtengan la licencia de actividad.

El nuevo equipamiento geriátrico tendrá 2.700 metros cuadrados y ofrecerá 75 plazas residenciales y otras 15 de centro de día. Se ha diseñado con materiales cálidos, tendrá un jardín interior, terrazas y estancias grandes y luminosas, además de un gimnasio, huerto urbano, cocina, salas de lectura y espacios de salud para los usuarios.

Aunque los vecinos creen que la residencia es un equipamiento necesario en la Marina de Port, un barrio que hasta ahora no tenía ningún edificio de este tipo, lamentan que sea un proyecto privado. Hasta 2020 estuvieron intentando que el Ayuntamiento comprara el antiguo cine para transformarlo en un hotel de entidades o bien en una residencia pública para personas mayores.