Elecciones
Cataluña tiene que ser la solución (y no el problema) a la gobernabilidad en España
La campaña electoral estará marcada por una competición electoral entre Junts y ERC para rentabilizar el zarpazo al partido Socialista con el impulso del Proyecto de Ley de Amnistía
Esta semana el president de la Generalitat, Pere Aragonès, convocó elecciones autonómicas en Cataluña tras no haber podido aprobar los presupuestos generales para para este año. Una vez más, las dinámicas de los partidos políticos en Catalunya y sus mayorías, fruto de la inestabilidad política que existe desde que Artur Mas activó el ‘Procés’ en 2014, han hecho descarrilar (otra) legislatura.
Desde hace más de 10 años, Cataluña no ha tenido una legislatura completa y está lastrando de una forma evidente a la economía catalana y al sector privado, que en general, no ve a la región como un lugar que genere estabilidad para poder hacer grandes inversiones, pese a la atracción que genera la capital catalana por ser uno de los enclaves más relevantes en el sur del mediterráneo y donde numerosas empresas desearían poder invertir más y que también ha estado lastrada por las políticas de la izquierda radical.
Cataluña tiene que apostar una vez más por ser un polo de atracción de riqueza y de liderazgo, como lo ha sido a lo largo de los años hasta que el ‘Procés’ malogró el que fuéramos un referente para todo el país. Tras años donde se ha vivido una verdadera implosión política provocada por la deriva de los partidos independentistas hacia la ilegalidad y tras haber fracturado a la sociedad catalana, se abre una oportunidad para pasar página a más de 10 años perdidos en Cataluña .
La campaña electoral estará marcada por una competición electoral entre Junts y ERC para rentabilizar el zarpazo al partido Socialista con el impulso del Proyecto de Ley de Amnistía dictada a la carta desde Bélgica, que aún se está tramitando en las Cortes Generales y que está siendo un auténtico despropósito (en todos los sentidos). Pese a que desde el Gobierno se ha vendido como un instrumento ‘a favor de la convivencia’ la realidad es que ha sido un burdo pago a la carta de Sánchez a ERC y Junts para ‘sobrevivir’ en Moncloa unos meses más. Este hecho resta a Salvador Illa que parte con buenas expectativas electorales.
Frente a este escenario, el Partido Popular de Cataluña tiene una gran oportunidad para aglutinar al electorado del centro-derecha, partiendo de un espacio de centralidad donde puede ganar al antiguo electorado de Cs en Cataluña y sectores tanto del catalanismo de centro-derecha ‘amb seny’ como a votantes del PSC que no apoyan (ni entienden) el atropello democrático que se está pretendiendo hacer con el Proyecto de ley de la Amnistía y también votantes de Vox que han visto como la crispación no ha servido de nada.
Gran parte del sector empresarial catalán se siente electoralmente huérfano por las políticas económicas que ha llevado a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez y de los numerosos ‘impuestazos’ surgidos durante estos años, que han generado una gran carga fiscal ya no solo a las grandes empresas, sino también a las PYMES y a los autónomos. Por ello, ven a Alberto Núñez Feijóo como un aliado para hacer políticas económicas que sean buenas para el conjunto del país. A partir del 12M, el Partido Popular tiene que aspirar a ser un actor relevante y decisivo para la gobernabilidad de Cataluña que tiene que ser la solución (y no el problema) a la gobernabilidad en España.
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