Política

El debate de política general de Cataluña, un ring entre independentistas

Desde el inicio del «procés», la cita ha evidenciado la división estratégica entre ERC y Junts. La consulta del 9-N, el 1-O o la ruptura del Govern del año pasado, en su historial

El president de la Generalitat, Pere Aragonès
El president de la Generalitat, Pere AragonèsArchivo

Pere Aragonès se enfrenta esta semana a su tercer debate de política general como presidente de la Generalitat. Una cita de referencia, marcada en rojo en el calendario político y que cobra especial importancia este año al coincidir con las negociaciones para la investidura de Sánchez y al ser la primera de ERC en solitario al frente del Govern. Los republicanos, con 33 escaños de 135, aguantan en el Ejecutivo con una histórica minoría que deberán poner a prueba en el Parlament. Una mala imagen puede condicionar su posición ante el PSOE y evidenciar de nuevo el cisma entre Esquerra y Junts. Y aquí, los precedentes no engañan: el debate ha sido siempre el escaparate de la división independentista, desde el inicio del «procés» hasta la sonada ruptura del año pasado que llevó a los posconvergentes a salir del Govern.

Mas y las promesas del 9-N

En 2013 y 2014, en pleno combate entre la Convergència de Artur Mas y la Esquerra de Oriol Junqueras, el republicano se desmarcó y ofreció al posconvergente entrar en el Ejecutivo de la Generalitat para apuntalar la consulta del 9-N. Un órdago del partido que buscaba poner a sus rivales soberanistas entre la espada y la pared tras haber firmado un pacto para la gobernabilidad en 2012. De hecho, el debate de política general de 2014 se convirtió en la antesala de la pseudoconsulta, una cita que Mas usó para tratar de buscar unidad entre el independentismo con el objetivo de firmar luego el decreto de convocatoria del 9-N.

Puigdemont y el 1-O

El primer debate de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat fue en septiembre de 2016, un año antes del 1-O y del estallido del «procés». Y lo afrontó tras haber superado, apenas cinco días antes y por los pelos, la cuestión de confianza que planteó a la CUP como desafío para aprobar los Presupuestos. Una prueba de fuego que llevó al expresidente de la Generalitat a comprometerse a convocar, con o sin acuerdo con el Estado, un referéndum de independencia en septiembre del año que siguiente, en 2017. La amenaza cristalizó luego en la convocatoria del 1-O. En ese debate, Puigdemont quiso dar un toque más social a su legislatura en plenas negociaciones con los antisistema para los Presupuestos de la Generalitat. Eso sí, pese a la alianza por el «procés», ambos partidos se engancharon en materia fiscal evidenciando así las diferencias dentro del independentismo en la gestión del día a día.

La detención de Cerdeña

Superada la era de Quim Torra, el presidente de la Generalitat tutelado desde Waterloo, llegó Pere Aragonès a su primer debate de política general en 2021, en crisis con sus socios de Junts en la Generalitat. De hecho, la cita parlamentaria sirvió para acentuar las diferencias entre posconvergentes y republicanos al producirse justo después de que Aragonès dejara a Junts fuera de la mesa de diálogo por no designar a miembros del Govern para negociar con la Moncloa. También llegó justo tras la detención de Carles Puigdemont en Cerdeña y su posterior puesta en libertad. Un suceso que puso al expresidente en el centro del foco independentista en detrimento de ERC. Todo en plena disputa por el foro con el Gobierno de Pedro Sánchez que Aragonès trató de capitalizar.

La ruptura definitiva

El cisma definitivo entre Junts y ERC tuvo su culmen en el debate de política general del año pasado. Aragonès desgranó su apuesta por el acuerdo de claridad, una medida que no cuajó en Junts hasta el punto de que el posconvergente Albert Batet le planteó en su réplica una cuestión de confianza. Un órdago que cogió completamente desprevenido al presidente de la Generalitat. Por ello, convocó a su Ejecutivo a una reunión de urgencia después y acabó cesando al entonces vicepresidente Puigneró (Junts). Los posconvergentes decidieron entonces romper del todo y salir del Govern en una crisis histórica entre ambos partidos.