Fertilidad
La edad media de las mujeres que congelan óvulos ha bajado de los 38 a los 35 años
Pese al descenso, los especialistas ponen de relieve la importancia de recurrir a técnicas de preservación de la fertilidad antes de los 35 años, puesto que a partir de entonces la calidad del óvulo cae significativamente
España es uno de los países de la Unión Europea donde las mujeres tienen su primer hijo a una edad más avanzada. De hecho, si en 2014 el 7,2% de los nacimientos fueron de madres de 40 años o más, en 2024 ese porcentaje ya alcanzó el 10,4%. Un dato más: de los 322 mil nacimientos registrados en España el año pasado, un 39,5% fueron de mujeres mayores de 35 años.
En este contexto, ha sido clave la aprobación en 2012 del uso de la vitrificación como técnica para la congelación de óvulos, lo que ofrecía la posibilidad a las mujeres de preservar su fertilidad ante las dudas acerca de si en un futuro querrían ser madres o frente a la necesidad o voluntad de retrasar la maternidad, porque es bien sabido que a partir de los 35 años, la calidad del óvulo cae progresiva y significativamente.
"Se trata de una medida preventiva, que ofrece la posibilidad a las mujeres de posponer la decisión sobre si tener o no hijos y cuándo", explica Montse Boada, jefa de la Sección de Biología del Grupo Dexeus Mujer y miembro del Comité de Bioética de Cataluña, quien recuerda que "la vitrificación se hizo factible a partir de 2012, porque antes las técnicas que se hacían no funcionaban".
Éstas se basaban en un congelación lenta del óvulo y el problema que era que cuando se descongelaba, en muchos casos, se rompía su membrana, lo que hacía que ya no fuera apto para la reproducción, por eso no se usaron las técnicas de criopreservación de los óvulos hasta 2012, cuando la investigación hizo posible llevar a cabo el procedimiento de forma mucho más rápida.
"Los crioprotectores que utilizamos se introducen dentro de la célula a mucha mayor velocidad y, por lo tanto, no se forman cristales de hielo que pueden dañar la célula y hacer que se rompa, como sucedía antes", indica Boada para a continuación señalar que "ahora la célula sobrevive más y eso ha hecho posible el uso de la criopreservación para preservar la fertilidad de la mujer".
Al respecto, la doctora destaca que "a día de hoy, el grado de supervivencia de los óvulos es del 90% y por lo tanto son óvulos que se pueden usar para fecundación in vitro sin ningún problema aunque hayan estado congelados previamente". Con anterioridad al uso de este procedimiento, tan solo era posible congelar esperma o embriones, para lo que era necesario haber fecundado previamente el óvulo con una muestra de semen, algo que dejaba fuera a muchas mujeres.
De hecho, como indica Boada, "previamente al uso de la criopreservación, no se preservaba la fertilidad en mujeres". "Solo se usaban la congelación de embriones en parejas que hacían un proceso de fecundación in vitro porque tenían un problema de esterilidad y quedaban embriones sobrantes para otros ciclos y, en esos casos, se congelaban los embriones". "Anterior al 2012, se hacían poquísimos casos de congelación de óvulos y con unos resultados francamente bajos".
La importancia de la edad
Sin embargo, a partir de ese año, son cada vez más las mujeres que recurren a esta técnica para preservar su fertilidad. Inicialmente, la mayoría lo hacían hacia los 38 años, una edad en la que las posibilidades de éxito de la fecundación in vitro se ven significativamente reducidas, mientras que el riesgo de que el bebé sufra problemas genéticos está aumentado.
Al respecto, la doctora recuerda que "a diferencia del semen, que se va produciendo a la largo de la vida, las mujeres nacemos ya con los óvulos y éstos, con el paso del tiempo, van envejeciendo y ello reduce su calidad". Así pues, a partir de los 35 años, las probabilidades de quedar gestante con los propios óvulos de la mujer son menores, así como que esa gestación sea evolutiva, porque hay más riesgo de problemas genéticos, por lo tanto, "cuanto antes se recurra a la congelación de los óvulos, más abortos y cromosomopatías en los fetos se evitan".
En este contexto, se puso mucho empeño en concienciar a las mujeres acerca de la importancia de criopreservar los óvulos cuanto antes. "Vimos que las mujeres recurrían a esta técnica tenían ya 38 años de media y desde entonces hemos intentado concienciar acerca de que la edad va en detrimento de la buena calidad ovocitaria y de las probabilidades de éxito de una reproducción asistida futura, por lo tanto si congelan a los 38 muchas veces pasa que estos óvulos ya no tienen el potencial fecundante y de implantación que podrían tener si lo hubieran hecho antes de los 35 años", comenta al respecto Boada, quien indica que "desde el 2012 a la actualidad se ha conseguido bajar la media de edad de los 38 años a los 35",pero insiste en que "si lo que queremos es preservar la fertilidad y poder luego utilizar esos óvulos con fines reproductivos, es mejor que se haga entre los 30 y los 35 años".
Contratiempos legales
Otro de los asuntos a resolver en relación a la vitrificación de los óvulos es que ese avance en las técnicas de preservación de la fertilidad no ha ido acompañado de una adaptación de la legislación a esta nueva circunstancia, lo que a día de hoy puede representar un contratiempo para aquellas mujeres que, ya sea porque se han quedado embarazadas por sus propios medios, porque finalmente renuncian a la maternidad o por el motivo que sea, quieren destruir esos óvulos congelados.
Tal y como explica Boada, "la legislación española es del año 2006, previa a todo este proceso de vitrificación y preservación de la fertilidad, y equipara los óvulos a los embriones, de manera que establece que las muestras de óvulos congelados no se pueden destruir en cualquier momento, sino que es necesario cumplir toda una serie de requisitos especiales para poder hacerlo, mientras que con los espermatozoides congelados no pone ningún problema".
Ante esta situación, "demandamos que se revise la legislación, porque no hay ninguna razón que justifique que los óvulos congelados tengan el mismo tratamiento que un embrión ya fecundado, que merece una protección ética distinta", reclama la doctora, quien recuerda que "esta técnica tiene un auge impresionantes". "En 2012, 75 mujeres congelaron sus óvulos sin ningún causa médica y en 2022 esta cifra ya era de 4945 y va en aumento, de hecho en España ya tenemos cerca de 800 mil óvulos congelados y el futuro de los mismos dependerá de lo que decida cada una de estas mujeres". "Parece lógico que aquellas que no los quieren por la razón que sea puedan decidir si los quieren destruir y dejar así de pagar su mantenimiento y la legislación actual lo hace muy difícil".
Los asuntos más candentes, sobre la mesa
Ante estas dificultades para destruir el material reproductivo, existe un uso alternativo de esos óvulos congelados descartados del que se ha hablado estos días en Barcelona en el contexto del 13º Congreso de la Asociación Española para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR), que preside la doctora Boada.
"Hay unas ponencias que giran en torno a la posibilidad de donar el material reproductivo, ya sea óvulos como embriones, a la investigación, lo que resolvería el asunto de tener que destruir todo ese material que no se va a usar y permitiría seguir aportando por la ciencia", destaca Boada
En el marco de este evento, también se han puesto sobre la mesa los cambios tecnológicos en el campo de la vitrificación, que permitirían que la supervivencia de los óvulos y embriones sea aún mejor, concretamente "se está hablando de una técnica aún incluso más rápida que la que se empezó a usar en el 2012", tal y como pone de relieve Boada, quien también destaca como puntos fuertes tratados en el congreso los relativos a la automatización de los procedimientos en laboratorio, el uso de la Inteligencia Artificial para el diagnóstico previamente de qué óvulos tienen mayor probabilidad de fecundar e implantar luego o la aplicación de edición genómica para, a futuro, llegar a reparar el DNA de los embriones y cambiar mutaciones que tenga un embrión para transferirlo sano".