Pactos

ERC marca distancias con Junts y entrará en el gobierno de la Diputación de Barcelona con el PSC

Los republicanos obtienen así representación en los cuatro organismos supramunicipales de Cataluña

Imagen del edificio de la Diputación de Barcelona
Imagen de la sede de la Diputación de Barcelonalarazon

Apenas 48 horas después de las elecciones generales llega el primer pacto postelectoral en Cataluña, cocinado, sin embargo, antes de los comicios. ERC entrará a formar parte del gobierno de la Diputación más poderosa de España, la de Barcelona, de la mano del PSC y los Comunes. O lo que es lo mismo, el frente independentista esgrimido tras las elecciones municipales es poco más que papel mojado y empieza a dibujarse un tripartito de izquierdas en el Ayuntamiento de Barcelona.

La decisión de ERC de unirse al gobierno de la Diputación de Barcelona representa un importante movimiento político en el contexto de la política catalana. Los republicanos buscan asegurar una posición de poder en las instituciones locales y regionales, y esta alianza con el PSC y los Comunes les permitirá tener influencia en las decisiones que afectan a la región. Sin embargo, también enfrentan la posibilidad de recibir críticas por su cambio de posición respecto a pactos anteriores. Estas tensiones políticas serán clave en el futuro político de Cataluña y en la definición de su relación con el resto de España.

Aunque ERC no apoyó inicialmente la investidura de Moret, su disposición a la colaboración y el diálogo con otros partidos políticos quedó evidente durante el pleno. Tanto el PSC como En Comú Podem esperaban la incorporación de ERC al gobierno una vez finalizadas las elecciones, buscando asegurar una mayoría sólida. Ante el temor de que Junts, liderado por Laura Borràs y Jordi Turull, tomara la iniciativa para formar un gobierno alternativo, ERC decidió actuar rápidamente para unirse al PSC y a los Comunes en una coalición.

Negociaciones

Las relaciones entre ERC y Lluïsa Moret han sido descritas como fluidas, según El Periódico, en contraste con las que existían con su antecesora, Núria Marín. Ambas partes reconocieron durante las negociaciones que el ambiente electoral de las generales condicionaba sus decisiones y estrategias políticas. Los republicanos, conscientes de la importancia de su papel en la formación del gobierno de la Diputación, evitaron pactar antes de las elecciones y tomaron la decisión una vez que los posconvergentes vieron frustradas sus expectativas de presidir el ente supramunicipal debido al apoyo de los díscolos de ERC al PSC y a una connivencia del PP, que fue rechazada por los republicanos.

Con la incorporación de ERC al gobierno de la Diputación de Barcelona, los republicanos obtienen representación en el órgano que rige las cuatro diputaciones provinciales. De especial relevancia es que en dos de ellas, las de Tarragona y Lleida, ERC ostenta la presidencia gracias al acuerdo con el PSC. Esta posición institucional permitirá a ERC compensar su derrota en las elecciones y fortalecer su influencia política en Cataluña.

Sin embargo, la decisión de ERC de sumarse al gobierno de la Diputación podría enfrentar críticas similares a las que ellos mismos realizaron en el pasado. Hasta el 28 de mayo, ERC había criticado a Junts por el pacto sellado hace cuatro años con los socialistas en la tercera institución de Cataluña, cuando Núria Marín fue nombrada presidenta.

Estas tensiones y divisiones internas entre los dos principales partidos independentistas, así como dentro de Junts, se presentan en un momento crucial en el que deberán enfrentar no solo las negociaciones para formar el próximo Gobierno de España, sino también definir el rumbo de la legislatura catalana.