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Política

La estrategia de Junts para frenar su caída libre: Turull lo explica

La última encuesta del CEO pronostica una pérdida de hasta 15 escaños

Jordi Turull EUROPAPRESS

El último Barómetro político del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) ha encendido todas las alarmas en Junts per Catalunya. El estudio dibuja un escenario que rompe por completo con el mapa surgido de las elecciones de 2024: Aliança Catalana, hasta ahora un actor marginal, daría un salto de vértigo al pasar de 2 diputados a una horquilla de 19-20 escaños, situándose en un empate técnico con Junts, que caería desde los 35 obtenidos en mayo hasta cifras equivalentes a las de la formación de Sílvia Orriols. Una caída libre que, según los datos, se explica en buena parte por fugas internas: uno de cada cinco votantes de Junts asegura ahora que optaría por Aliança Catalana, y solo el 25% del electorado que apoyó a Carles Puigdemont afirma con claridad que repetiría ese voto. El propio CEO confirma que Junts es hoy el partido con menor fidelidad electoral.

La irrupción de Aliança Catalana no responde al incremento del independentismo —solo el 48% de sus votantes defiende un Estado propio—, sino al auge de discursos centrados en la inmigración, la seguridad y el rechazo al establishment catalán. Ese cóctel ha permitido a Orriols atraer antiguos votantes de Junts y a abstencionistas, hasta el punto de disputarle a ERC y al propio Junts el liderazgo del espacio soberanista. De hecho, las estimaciones colocan a ERC (14%-17% del voto), Junts (13%-15%) y Aliança Catalana (11%-14%) en una pugna muy estrecha por la segunda posición detrás del PSC, que repetiría como primera fuerza.

Junts: "Nos explicaremos"

En este contexto, la primera reacción pública de Junts llegó este miércoles en un coloquio de Jordi Turull con estudiantes de periodismo de la Universitat Pompeu Fabra. Lejos de asumir el golpe, el secretario general del partido optó por restar importancia a las cifras del CEO. Turull insistió en que el partido “desmentirá todas las encuestas”, alineándose con la denuncia de la llamada “Operación Encuesta” que Junts viene esgrimiendo.

Pero la pregunta clave estaba en el aire: ¿qué hará Junts para frenar el avance de Sílvia Orriols? Turull dejó claro que la estrategia no pasa por giros bruscos ni imitaciones del discurso de Aliança Catalana. Su receta es otra y la resumió en una palabra: explicarse. “Nuestra intención es defender nuestras posiciones desde el rigor”, afirmó, subrayando que no moverán “el péndulo” ni dirán cosas que dentro de dos años les harían “caer la cara de vergüenza”. Rechazó cualquier “volantazo” reactivo a las encuestas y aseguró que no entrarán en el “barro” con Aliança Catalana: “Cataluña no ganaría nada”.

A nivel de pactos, Turull marcó distancias con firmeza. Aunque evitó un “no” explícito a eventuales acuerdos con Aliança —“de pactos se habla después de las elecciones”—, sí dejó claro que existen líneas rojas que Junts no traspasará. Reivindicó políticas “respetuosas con los derechos y las libertades” y rechazó cualquier estrategia basada en “fraccionar la sociedad” o “atiar la confrontación y el odio”. ¿Aliança cruza esas líneas? “Sus discursos incumplen nuestras líneas rojas y no se esconden”, sentenció.

Turull insistió también en redefinir el adversario político: no es el votante independentista, sino “el Estado español y todo aquel que quiera españolizar Cataluña”. “Nosotros no queremos ser alternativa a Aliança, sino al Gobierno de Salvador Illa”, afirmó, reivindicando que Junts no caerá en “animaladas a cambio de un millar de ‘likes’”. Su estrategia, repitió, es explicar sus propuestas con tiempo y profundidad, porque “si solo tienes un minuto, es posible que ganen los otros”. Recordó que su agenda parlamentaria nace de “vivencias de mucha gente”.

El dirigente de Junts defendió además que el partido mantiene capacidad de influencia en el Congreso: “Se ve en cada votación que depende de nuestro voto”, dijo. Reivindicó que no pertenecen “a ningún bloque” y que su posición en Madrid seguirá marcada por el mismo criterio: votar en contra de todo lo que sea “café para todos” y a favor de cualquier avance —“aunque sea un milímetro”— hacia la independencia. Aseguró, incluso, que pese a que la legislatura estatal esté “en fase terminal”, Junts se “cobrará” todo lo pactado con el PSOE.

Turull también abordó uno de los problemas que más inquietan a los catalanes según el CEO: la vivienda. Advirtió de que Cataluña “no puede permitirse que los jóvenes vivan peor que la generación anterior” y criticó lo que llamó “políticas de postureo”. “Cuando te cae más simpático un okupa que un propietario, vamos mal”, afirmó. Reclamó más recursos públicos para construir vivienda asequible y lamentó que Martorell haya construido más vivienda pública que Barcelona, un municipio que Junts considera banco de pruebas de su línea dura en esta materia.