Día Mundial del Ictus

Más del 50% de las casi 14 mil personas ingresadas por ictus recuperan su autonomía a los tres meses

En 2004, en Cataluña se registró un aumento de un 25% de la tasa de activación del Código Ictus en los últimos 4 años

El ictus, primera causa de daño cerebral adquirido que afecta a población cada vez más joven
La incidencia del ictus va en aumento, probablemente por el envejecimiento de la poblaciónCentro de Neurología avanzada (CNA)

Cataluña cerró el 2024 con 13.813 ingresos hospitalarios por ictus, la mayoría de ellos protagonizados por hombres (54%) de una media de edad de 70 años, una cifra que supone un leve incremento respecto al año anterior, lo que se explicaría principalmente por el envejecimiento de la población.

En esta línea, también se ha registrado un aumento de un 25% de la tasa de activación del Código Ictus en los últimos cuatro años y ello se debería a una mejor detección de los síntomas por parte de la población y a la consolidación de los circuitos de emergencia implantados en toda Cataluña con el fin de garantizar una atención rápida y equitativa en todo el territorio.

De hecho, gracias a este protocolo, se ha logrado acortar significativamente el tiempo que transcurre entre la primera sospecha hasta el inicio del tratamiento, lo cual es clave a la hora de reducir la mortalidad y las posibles consecuencias del accidente cerebral. A día de hoy, en un 95% de los casos, el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) logra alcanzar un tiempo óptimo, que es inferior a los 90 minutos.

En 2024, este servicio atendió a un total de 8315 personas con sospecha de ictus, lo que confirma la tendencia de crecimiento sostenido de los últimos años. Concretamente, desde 2019, cuando el SEM atendió a 5.962 pacientes, se ha registrado un aumento del 40%. En la mayoría de casos atendidos, se trató de ictus de tipo isquémico (85%) y más del 30% de los pacientes recibieron terapias de reperfusión, algo que ha sido posible gracias al despliegue del Código Ictus y a circuitos extrahospitalarios e intrahospitalarios cada vez más eficientes.

El Código Ictus, que se puso en marcha hace 20 años, establece un circuito en el que el paciente es tratado como preferente ya desde el inicio, de manera que los profesionales sanitarios empiezan a intervenir siguiendo el protocolo establecido para tratar los casos de ictus antes de que el paciente llegue al hospital. Así, en la ambulancia, los Técnicos en Emergencias Sanitarias aplican la escala RACE, que se usa actualmente en más del 99% de los Códigos Ictus en Cataluña y permite identificar ictus potencialmente graves para reducir el tiempo de traslado y mejorar el pronóstico del paciente.

En este contexto, es clave el rol de la Central de Coordinación de la Emergencia Sanitaria del SEM, que es la primera en valorar la gravedad del caso y, en consecuencia, decide que tipo de ambulancia se activa, ya sea la de Apoyo Básico o la de Avanzado, así como coordina la derivación al centro hospitalario más adecuado, a quien avisa acerca de la llegada del paciente y su estado.

En definitiva, este protocolo, que se ha ido perfeccionando con los años, permite atender mejor y de forma más rápida este accidente cerebral, lo que se ha traducido en resultados. Y es que a día de hoy la mortalidad al tercer mes tras sufrir un ictus se sitúa en torno al 15% y, sobre las posibles secuelas, más del 50% de las personas afectadas consiguen recuperar una vida independiente en este periodo de tiempo