
Regreso esperado
Nick Harkaway: «La Guerra Fría fue un filtro para entender el mundo»
El escritor presenta «La decisión de Karla», continuación de las aventuras de Smiley, el personaje creado por su padre John Le Carré

Vuelve George Smiley. El agente del Circus ha abandonado la organización en la primavera del año 1963 mientras Estados Unidos y la Unión Soviética se tiran todo lo que tienen a la cabeza para liderar el mundo. Smiley, pese al ruido exterior, quiere tranquilidad, pero eso durará poco después de que deserte un homónimo suyo ruso y desapareciera en Londres el hombre al que este último debía asesinar. Este es el escenario principal de «La decisión de Karla», una nueva entrega de las andanzas de Smiley, aunque ya no de la mano de su creador John Le Carré sino de su hijo, el también novelista Nick Harkaway. El libro, publicado por Planeta, nos acerca al personaje durante esa década que queda en el aire entre «El espía que surgió del frío» y «El topo».
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Harkaway, quien en la actualidad se encarga de la gestión del legado de su padre, habló ayer con este diario sobre «La decisión de Karla». ¿Le intimidó seguir los pasos de Le Carré? «No creo que me sintiera lo suficientemente intimidado. En primer lugar, tuvimos una conversación en la familia sobre si deberíamos publicar otro libro. Mi padre dejó una carta en la que expresaba su voluntad de que su obra fuera recordada y celebrada, lo que nos motivó para pensar en seguir la serie. En un principio me sentí intimidado, pero luego me vi capaz de participar en un proyecto tan significativo como este», asegura Harkaway, quien cree que de esta manera se puede mantener viva la memoria de su padre y hacer que perdure en nuevos y viejos lectores.
El escritor no ocultó su miedo porque no quiere decepcionar a los incondicionales de Smiley. «Siento una gran responsabilidad al honrar el legado de mi padre mientras intento encontrar mi propia voz. Tuve la suerte de crecer en un entorno literario escuchando a mi padre leer en voz alta, lo que influyó en mi desarrollo como escritor. Para mí Smiley es una manera de poder conectar el pasado con el presente», declara. Viajemos hasta 1963, aquel momento en el que la Casa Blanca era dirigida por John F. Kennedy y el Kremlin tenía como líder a Nikita Jrushchov. Es decir, la Guerra Fría. ¿Hemos cambiado mucho desde entonces? Nick Harkaway cree que pervive mucho de lo vivido tras el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa y Estados Unidos. «La Guerra Fría fue un filtro que impusimos sobre el mundo, una forma de entender el mundo, y fue poderoso. Cuando hablamos de las peleas durante la Guerra Fría todas son la misma cosa. No se ha cambiado. Miremos a la Europa actual. Ahora tenemos la invasión rusa de Ucrania, y las razones estratégicas para ella son las mismas que siempre hubo, las mismas desde la Segunda Guerra Mundial. Las tropas rusas eran abastecidas por Gran Bretaña a través de Arcángel, en Rusia, y el mar Caspio, y luego a través del mar Negro, y así sucesivamente. Ahora, o al menos hasta hace un año, los rusos compraban drones desde el Caspio, a través del mar Negro, hasta el frente. El mapa estratégico –prosigue– no cambia, la geografía no cambia, así que en cierta medida las estrategias permanecen iguales. Y, entonces, la conversación que estamos teniendo ahora gira hacia gobierno autoritario versus liberalismo».
Por todo ello, pese a que estamos ante una novela histórica, la realidad se va imponiendo poco a poco y, como puntualizó Harkaway, todo acaba poco a poco convirtiéndose en una novela histórica de un tiempo lejano, pero demasiado actual para nuestro convulso planeta.
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