Opinión

¿Por qué odia Pedro Sánchez al patín catalán?

Diecisiete clubes en total en las costas mediterráneas catalanas quieren cerrarlos desde el Manzanares o el Retiro

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside el acto por el 'Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra y la Dictadura', en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 31 10 2025
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivoAlberto R. RoldánFotógrafos

Comprendo que quizás les sorprenda el titular de este artículo, pero si siguen leyendo entenderán a lo que me refiero. Y ya les adelanto que este es el preludio introductorio del siguiente donde explicaré algo que si no fuese real parecería una película de Torrente.

Verán, en España se aprobó una más que necesaria Ley de las Costas para evitar la degradación de las costas esencialmente con la construcción de apartamentos al lado del mar. Parece más que obvio que debían ser exencionados en su aplicabilidad edificios históricos, de especial relevancia y clubes deportivos que desarrollan efectivamente una actividad no solo deportiva sino de carácter social como, por ejemplo, enseñar a niños la práctica de la vela, el surf, o la natación.

En España cada pueblo tiene sus propias costumbres. Somos así, un país plural. A los vascos les puede gustar cortar troncos. Nadie tiene derecho a meterse con esta tradición por extraña que le parezca.

En el litoral mediterráneo catalán, especialmente desde la comarca del Maresme hacia abajo, es decir, hasta Tarragona, somos aficionados a un tipo específico de embarcación llamado patín catalán, sin duda precursor del mundialmente conocido catamarán, una nave curiosa que se maneja sin timón y a base de poleas y cabos (cuerdas).

Esta afición se desarrolla en clubes de playa de donde parten estas embarcaciones. Como es lógico, estos clubes no sólo tienen patines de vela, sino que también otros barcos ligeros con los que los niños aprenden a navegar, practican también la natación en mar abierto o en piscina. Hay que decir que estas actividades, lejos de ser solo para socios, están abiertas a todo el mundo.

Esta ley se elaboró en Madrid, a orillas del Manzanares o a pie del estanque del Retiro, donde la posibilidad de entender lo que es la vela para nosotros, es la misma que podemos tener sobre los aizcolaris vascos en Barcelona. Otra cosa es que lo respetemos y admiremos, pero jamás se nos ocurriría legislar sobre ello.

En Madrid supongo que todo el mundo se pone muy contento cuando España en el medallero olímpico alcanza medallas de oro, plata, o bronce en vela, y subimos en el ranking. Pues bien, muchos de estos deportistas salieron de estos clubes a los que Pedro Sánchez y su gobierno les ha declarado la guerra sin cuartel.

Y así es: van a por todos ellos. Diecisiete clubes en total en las costas mediterráneas catalanas quieren cerrarlos desde el Manzanares o el Retiro. Naturalmente, la culpa no la tienen los madrileños. Esto es un empeño personal de Pedro Sánchez y los suyos.

Así que me pregunto: ¿Por qué odia Pedro Sánchez el patín catalán? Quizás la respuesta sea para que cuando el día de mañana le pregunten lo que sucedió con su Gobierno, responda:

-Yo, ¿vendido a los catalanes? Si fui quien acabé con sus barcos más emblemáticos

PD: Si este artículo les llama la atención, esperen al de la semana que viene. Alucinarán.