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Tradiciones

¿Por qué la Semana Santa no se celebra en Cataluña? La gran diferencia con Andalucía

Mientras en Sevilla o Málaga es una fiesta multitudinaria, en muchas ciudades catalanas pasa casi desapercibida

Semana Santa en Granada, España Miguel Angel MolinaEFE

Cada año, con la llegada de la Semana Santa, miles de turistas nacionales e internacionales se desplazan al sur de España para disfrutar de las tradicionales procesiones de Sevilla, Málaga, Córdoba o Granada.

En cambio, en Cataluña, muchos se sorprenden al ver que la Semana Santa apenas tiene presencia pública y que las calles no se llenan de pasos ni de costaleros. De hecho, muchos catalanes aprovechan estos días para hacer escapadas, abrir la temporada de playa o simplemente desconectar. Pero ¿por qué la Semana Santa no se celebra igual en Cataluña?

La diferencia entre Andalucía y Cataluña en Semana Santa no es casual ni reciente. Responde a factores históricos, culturales y sociales que se remontan a siglos atrás y que siguen marcando el calendario festivo y las tradiciones religiosas de cada comunidad.

Menos fervor, más laicismo: una cuestión de tradición

En Andalucía, la Semana Santa es una de las celebraciones religiosas más importantes del año. Las cofradías tienen siglos de antigüedad, cuentan con miles de hermanos y sus procesiones movilizan a millones de personas.

En Cataluña, en cambio, la tradición católica popular ha sido históricamente menos exhibicionista, y el sentimiento religioso ha estado más ligado al ámbito privado.

Durante el siglo XX, especialmente tras la Guerra Civil y durante la dictadura, Cataluña vivió una fuerte secularización. Además, el franquismo utilizó muchos símbolos religiosos como herramientas políticas, lo que provocó que una parte importante de la sociedad catalana se distanciara aún más de la religión organizada. A esto hay que sumarle la influencia del catalanismo cultural y político, que tendió a potenciar otras festividades con mayor arraigo local, como Sant Jordi o la Diada.

¿Hay procesiones en Cataluña?

Sí, pero de forma mucho más discreta y localizada. Las procesiones en Cataluña existen, especialmente en ciudades como Tarragona —donde destaca la del Santo Entierro— o en localidades como Badalona, Mataró o L’Hospitalet, donde hay comunidades andaluzas que mantienen viva la tradición.

En Barcelona, por ejemplo, cada Viernes Santo se celebra la Procesión del Cristo de Lepanto y la Virgen de las Angustias, pero ni se retransmite por televisión ni genera la afluencia de otras comunidades. Es común que muchos catalanes desconozcan su existencia o la vean como algo muy minoritario.

El contraste con el sur de España

Mientras en Andalucía la Semana Santa es patrimonio cultural, económico y turístico, en Cataluña sigue siendo un festivo con un carácter más vacacional que espiritual. Las calles de Sevilla o Málaga se llenan de incienso, saetas y emoción colectiva, mientras que en muchas ciudades catalanas el ambiente recuerda más a unas minivacaciones de primavera.

Esto no significa que no haya católicos practicantes en Cataluña, sino que la religiosidad popular se vive de otra manera: más íntima, menos procesional, menos masiva. Y aunque algunas entidades trabajan por recuperar parte del patrimonio litúrgico, la tendencia general sigue siendo la de mantener a la Semana Santa como una fecha de descanso y desconexión.

Una fiesta con sabor distinto

La Semana Santa no se celebra igual en toda España, y Cataluña es el ejemplo más claro. La escasa presencia de procesiones, el carácter laico de gran parte de su sociedad y el peso de otras festividades locales han moldeado una forma distinta de vivir estos días. Un contraste cultural que, lejos de restar valor, aporta diversidad a las maneras de entender la tradición, la fe y la identidad en un país plural.