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¿Hay una “cabaña misteriosa” en la cara oculta de la Luna? El ingenioso marketing de China

El objeto que se ve sobre el horizonte de las fotografías del rover Yutu 2 nada tiene que ver con las suposiciones que barajan los expertos

Fotografía del Yutu 2 donde se ve el objeto que han bautizado como “casa misteriosa”
Fotografía del Yutu 2 donde se ve el objeto que han bautizado como “casa misteriosa”CNSACreative Commons

Aunque parezca mentira, algunas personas han comenzado a defender la idea de que hay una casa en la cara oculta de la Luna, todo a raíz de una fotografía tomada por el rover lunar chino Yutu 2, donde, en la lontananza, se dibuja contra el negro espacio una elevación cuadrangular. La respuesta rápida es que no, no hay una casa ni en la cara oculta de la Luna, ni en la visible.

Habrá quien diga que no podemos saberlo y que las fotos dejan la cuestión abierta, pero más allá de la seguridad total, la ciencia y el conocimiento tienen un punto de pragmatismo. Se entenderá fácilmente si aclaramos que tampoco sabemos si ese extraño objeto fotografiado por la Yutu 2 pudiera ser una Game Boy Advance SP de proporciones colosales, o quizá un cubo de tofu marinado. La clave está en que tenemos la misma evidencia para considerar que sea una casa que para suponer que se trata de cualquiera de estos objetos.

No podemos saberlo todo, hay literalmente una infinidad de cosas que podrían existir sin que nosotros lo supiéramos. Precisamente por eso, porque no tiene el menor sentido gnoseológico dar crédito a cualquier hipótesis de la interminable lista de ellas que podríamos diseñar. En la práctica podemos y debemos afirmar que no hay tal casa en la luna, aunque luego, por una remota y casi inimaginable casualidad, resulte haberla. La clave para que el conocimiento progrese no depende de demos crédito a cualquier hipótesis plausible antes de obtener pruebas sobre ella. El quid de la cuestión está en estar dispuestos a explorar lo que no entendemos e interpretar los datos. Si resultan llevarnos a hipótesis rocambolescas, habremos llegado a ellas por el camino adecuado, y no por empujados por nuestras preferencias. Pero entonces, ¿qué es el extraño objeto de la foto? ¿Qué ha inmortalizado la Administración Nacional China del Espacio (CNSA)? Por suerte, y justo para tratar de entenderlo, la CNSA ha puesto a Yutu 2 rumbo al misterioso objeto.

El viaje de 3 días que durará 3 meses

El rover Yutu2 estaba explorando el cráter Von Kárman, en la cara oculta de la luna, cuando ha fotografiado el extraño objeto. En realidad, no es la primera vez que sabemos de su existencia, hace un tiempo, la misión Chang’e 3 descubrió esta anomalía en el horizonte lunar. Los expertos del proyecto están emocionados, porque saben que, aunque posiblemente se trate de alguna roca levantada por el impacto de meteoros, podría revelarnos información interesantísima acerca de la geología de la Luna y, por lo tanto, de nuestro propio planeta. No olvidemos que la hipótesis más popular acerca del origen de la Luna consiste en el impacto de un gran objeto astronómico contra la Tierra, poniendo fragmentos de nuestro planeta en órbita que, finalmente, se terminarían reuniendo para formar a la Luna.

Para salir de dudas, la CNSA ha decidido que Yutu 2 vaya a explorar el objeto cubriendo los 80 metros que le separan de él. Puede parecer una distancia corta, pero para el rover supondrá un viaje de dos o tres días lunares. Si convertimos esto en días terrestres descubriremos con gran sorpresa que, para recorrer esos 80 metros, el rover necesitará casi 3 meses. Teniendo en cuenta que la misión Chang’e 4 a la que pertenece el vehículo está programada para durar 36 meses. Esto es casi un 10% del tiempo de la misión, como si un ser humano dedicara unos 7 años de su vida a desviarse para comprobar qué es aquello extraño que se ve en el horizonte. Es más, el objeto podría resultar una suerte de espejismo. Puede sonar poco justificado, pero es que la misión tiene como finalidad esa misma: explorar la cara oculta de la Luna.

El marketing

De todo lo que hemos dicho no ha habido nada que suene absolutamente extraño o espeluznante. ¿De dónde nace eso de que pudiera ser una casa lunar? Pues para ser justos, la idea de que esto pudiera ser una suerte de cabaña no surgió de los científicos, ni de los ingenieros, ni siquiera de la prensa. Fue responsabilidad directa propio canal de divulgación de la CNSA EN Wechat (Our Space), que ha bautizado al objeto como “la cabaña misteriosa”. En un ecosistema comunicativo como el que tenemos, donde cualquier viso de ciencia ficción en una noticia científica es asido con fuerza y potenciado hasta el ridículo, la CNSA ha servido la conspiración en bandeja de plata. Es difícil creer que un equipo de comunicadores de primer nivel no hubiera visto venir el caos mediático que se avecinaba con un nombre así.

En los últimos años, se ha visto una deriva amarillista de las propias notas de prensa científicas que salen de las instituciones de investigación, antes incluso de llegar a los medios de comunicación. El objetivo es conseguir una mayor atención de la prensa, la radio, la tele y las redes sociales. De ello dependerá cuánto conozca la comunidad científica la investigación en cuestión y, por lo tanto, afectará al número de citas que reciba por parte de otros artículos. Los grandes proyectos de investigación de nuestro tiempo no solo han recibido atención por ser buenos, sino que han entrado al juego de la comunicación y, la campaña de proyectos como el detector de ondas gravitacionales LIGO, el gran acelerador de Hadrones o el telescopio espacial James Webb les han valido un apoyo incondicional. Sería ingenuo y ridículamente purista negar que “la casa misteriosa” sea un buen nombre estratégico. Pero tal vez, debamos frenar esta tendencia antes de que la comunicación científica sea indistinguible de una space opera cualquiera.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Habrá que esperar para saber qué es ese objeto de las fotografías, pero mientras tanto, podemos limitarnos a escuchar las especulaciones de los científicos y distinguirlas bien de las estrategias marketiniano de las instituciones para las que trabajan.

REFERENCIAS (MLA):