
Naturaleza
El animal más fuerte: comparan un puñetazo de esta especie con un disparo de pistola de calibre 22
Posee una de las visiones más complejas del reino animal y un puñetazo tan veloz como una bala, un pequeño depredador marino que es capaz de hacer añicos el cristal de un acuario

Hay criaturas que obligan a los zoológicos a tomar medidas extraordinarias. Es el caso de ciertos acuarios que, para albergar a un crustáceo de apariencia inofensiva, han tenido que sustituir los cristales tradicionales por gruesas planchas de metacrilato. La razón es sencilla: este animal, de apenas unos centímetros, es capaz de reventar un vidrio convencional de un solo golpe, una hazaña que desafía su pequeño tamaño.
De hecho, este portento de la naturaleza es el estomatópodo, conocido comúnmente como gamba mantis, un habitante de las aguas cálidas de los océanos Índico y Pacífico. Su golpe es uno de los más veloces del reino animal, pues sus apéndices delanteros se disparan a 80 kilómetros por hora, generando una fuerza comparable a la de un proyectil de calibre 22. Es una aceleración fulminante que convierte sus pequeñas mazas en un arma letal.
Pero su arsenal no termina ahí. La velocidad del impacto es tan extrema que provoca un fenómeno físico conocido como cavitación, creando una burbuja de vapor en el agua. Al colapsar esta burbuja, se genera una segunda onda de choque que puede aturdir o incluso matar a una presa, aunque el golpe físico inicial haya fallado por milímetros.
Esta proeza de la ingeniería biológica, que le permite cazar presas de caparazón duro, se basa en un sistema de energía elástica, según informa el medio National Geographic. Sus músculos comprimen una estructura interna que acumula tensión como un resorte y la libera de forma explosiva, multiplicando la fuerza del movimiento.
La armadura biológica que inspira nuevos materiales
Para soportar la violencia de sus propios ataques sin hacerse pedazos, la evolución ha dotado a sus mazas de un recubrimiento de hidroxiapatita, un material cerámico de una dureza y resistencia extremas. Esta combinación de potencia y blindaje natural ha despertado un enorme interés entre los científicos que buscan desarrollar nuevos compuestos para la protección personal, desde cascos deportivos a chalecos de defensa.
Por otro lado, la singularidad de este animal no reside únicamente en su fuerza. Su sistema de visión es uno de los más complejos que se conocen, ya que cuenta con doce tipos de fotorreceptores distintos —frente a los tres o cuatro del ojo humano—, lo que le permite percibir una gama de colores y de luz polarizada que para nosotros es, sencillamente, inimaginable.
Además, el estomatópodo no es un recién llegado al planeta. Su linaje se remonta a hace 400 millones de años, y hoy se conocen más de cuatrocientas especies. No todas son boxeadoras; algunas, en una muestra de la asombrosa diversidad evolutiva de este grupo, han desarrollado extremidades afiladas como lanzas con las que empalan a sus presas en lugar de pulverizarlas.
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