Lucha comercial
El arma definitiva de China para el control de un recurso clave: una colosal antena seis veces más grande que Madrid
China da un golpe sobre la mesa en la carrera por los minerales críticos con una descomunal antena, cinco veces Nueva York, diseñada para blindar su dominio global en la tecnología del futuro
La creciente brecha entre China y Occidente en la carrera por los recursos del futuro se agranda a un ritmo vertiginoso, dejando a Europa en una posición de notable vulnerabilidad. La pasividad occidental, con la única excepción de Rusia, contrasta con la calculada estrategia de Pekín, que ya ejerce un dominio casi absoluto sobre materiales indispensables. Actualmente, el gigante asiático no solo controla el 69 % de la minería de tierras raras, sino que también domina entre el 85 % y el 90 % de su posterior procesamiento. Esta visión estratégica a largo plazo choca frontalmente con algunas decisiones en Occidente, donde por ejemplo, Trump ordenó destruir un satélite muy valioso para el futuro de la Tierra, evidenciando diferentes prioridades en la carrera geoestratégica.
De hecho, el último movimiento de Pekín en este tablero geopolítico ha sido el desarrollo del proyecto WEM, una iniciativa de envergadura diseñada para localizar yacimientos de minerales críticos y así asegurar su hegemonía global. El objetivo es consolidar su control sobre componentes esenciales para toda la industria tecnológica moderna, desde las baterías de los coches eléctricos hasta los imanes de alta potencia.
En este sentido, el proyecto se materializa en una colosal antena electromagnética cuya superficie es seis veces la ciudad de Madrid. Esta infraestructura sin precedentes se apoya en un transmisor de una potencia formidable y dos líneas de antena que se extienden a lo largo de 80 y 120 kilómetros, sentando las bases de una nueva era en la exploración geológica a gran escala. La escala de este proyecto geológico no es un caso aislado, pues se enmarca en una serie de obras monumentales, ya que China está construyendo una presa tan gigantesca que podría mover el eje de la Tierra.
Una brecha tecnológica que redefine la minería
Y es que la diferencia técnica con sus competidores es abismal. Mientras que la herramienta más avanzada de Estados Unidos apenas alcanza los 30 kilovatios de potencia, el sistema chino es capaz de generar una energía superior a los 100 kilovatios. Esta capacidad le permite penetrar en el subsuelo para detectar yacimientos a profundidades de entre 500 y 2.000 metros, un alcance que ya ha dado frutos con el hallazgo del mayor yacimiento de oro del mundo, según informa el medio South China Morning Post.
Por otro lado, la tecnología no se limita a la potencia bruta, sino que también emplea imágenes tridimensionales para modelar las estructuras geológicas ocultas con una precisión extraordinaria. Esta apuesta tecnológica no es un hecho aislado, sino que forma parte de una estrategia a largo plazo para afianzar un control que ya se extiende a otros sectores clave: China domina el 60 % de la minería de litio, el 77 % de la producción de celdas de batería y el 90 % de la fabricación de imanes de tierras raras.