
Shiitake
La ciencia lo confirma: el cerebro electrónico del futuro se fabricará con el hongo más inesperado
El hongo shiitake, conocido en la cocina, salta ahora a la informática. Un equipo de científicos ha creado con él un componente de memoria que imita al cerebro humano, abriendo la puerta a una electrónica más barata y sostenible

La industria aeroespacial y la robótica de vanguardia comparten una misma obsesión: la búsqueda de componentes que garanticen la máxima fiabilidad en entornos extremos. Durante décadas, la solución ha pasado por materiales sintéticos cada vez más complejos y costosos. Sin embargo, la próxima gran revolución en este campo podría estar gestándose no en una sala blanca de alta tecnología, sino en la naturaleza, abriendo la puerta a una electrónica que no solo sea más resistente, sino también biodegradable y sostenible. Esta búsqueda incesante de nuevos compuestos ha llevado incluso al desarrollo de un plástico casi invencible y totalmente reciclable que redefine los límites de la durabilidad.
A required part of this site couldn’t load. This may be due to a browser
extension, network issues, or browser settings. Please check your
connection, disable any ad blockers, or try using a different browser.
Pues bien, el origen de esta posible revolución no se encuentra en un nuevo polímero ni en una aleación exótica, sino bajo nuestros pies. Un equipo de científicos ha logrado crear un chip de memoria funcional, bautizado como «mushristor», utilizando como base el micelio del hongo shiitake. Este avance demuestra que es posible fusionar la biología con la informática para fabricar dispositivos electrónicos de bajo coste, completamente ecológicos y con una escalabilidad asombrosa.
Asimismo, la elección del hongo shiitake (Lentinula edodes) no es casual. Sus propiedades de robustez y resiliencia lo convierten en un candidato ideal para soportar condiciones adversas, una cualidad que se traslada directamente al componente electrónico. Tal y como ha detallado el medio ScienceAlert, el dispositivo está diseñado para emular la actividad neuronal del cerebro humano, una capacidad conocida como computación neuromórfica que permite procesar y almacenar información de forma análoga a nuestras sinapsis.
Del bosque al circuito: las claves del 'mushristor'
Sin embargo, las pruebas de laboratorio, aunque exitosas, revelaron un desafío importante. El prototipo alcanzó una velocidad de conmutación de 5.850 hercios con una precisión cercana al 90 %, cifras que validan el concepto, pero que todavía se sitúan por debajo de los memristores comerciales. El principal obstáculo surgió al someter el componente a un mayor voltaje eléctrico, momento en el que su rendimiento comenzó a decaer, un problema común en el desarrollo de nuevos materiales.
De hecho, la solución a este contratiempo resultó ser tan sencilla como ingeniosa, y es precisamente donde reside la gran ventaja de este sistema biológico. Los investigadores descubrieron que bastaba con añadir más micelio al circuito para compensar la pérdida de eficiencia y restaurar por completo la estabilidad. Esta modularidad y capacidad de «autorreparación» es una flexibilidad que materiales rígidos como el silicio no pueden ofrecer, abriendo un horizonte de aplicaciones fascinantes para la electrónica del futuro.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


