Medicina

La ciencia detrás de los baños de hielo de Reese Whiterspoon y Bradley Cooper

Hablamos con una experta para saber los efectos, positivos y negativos, de este tipo de rutina. Y cuándo usarla.

Baños de hielo
El tiempo recomendado es entre 5 y 10 minutosReese Witherspoon Reese Witherspoon

Los famosos, no deportistas, que utilizan los baños de hielo, son cada vez más numerosos: Bradley Cooper, Reese Witherspoon, Kevin Hart y Jennifer Aniston son algunos de ellos. La rutina consiste en sumergirse en aguas por debajo de los 15ºC. ¿Para qué? Supuestamente, sus beneficios son numerosos, pero la investigación es muy reciente y en algunos casos hay disparidad de criterios.

Para comprender en detalle cómo actúa el agua a estas temperaturas en nuestro cuerpo hablamos con la doctora Blanca de la Cruz Torres, fisioterapeuta y profesora titular de la Universidad de Sevilla.

“Cuando hacemos un entrenamiento o un gran esfuerzo – nos explica de la Cruz Torres en conversación telefónica -, el cuerpo acumula sustancias en cierto modo tóxicas, son aquellas necesarias para el ejercicio: el ácido láctico, potasio, calcio, magnesio… sustancias necesarias para la contracción muscular que se acumulan en una dosis no adecuada. Una de las estrategias para eliminarlas es a través de los baños con hielo”.

Los estudios señalan que el frío produce una reducción del metabolismo y esto puede provocar una ralentización de los procesos fisiológicos. Se reduce la hinchazón y la degradación de los tejidos. El frío provoca la constricción de los vasos sanguíneos y esto sería un mecanismo que ayuda a eliminar los productos de desecho, como el ácido láctico, del tejido afectado.

“El frío hace que llegue nueva sangre oxigenada de manera que elimina las sustancias tóxicas y la cambie por la oxigenada y la musculatura se recupera antes”, confirma de la Cruz Torres.

La temperatura, según los expertos, debe oscilar entre los 12 y los 15 °C y respecto al tiempo lo adecuado es entre 5 y 10 minutos, aunque también hay quienes alternan agua fría y tibia en inmersiones de una duración de 1 a 5 minutos.

Un estudio publicado en Biology examinó el impacto de los baños de hielo en el cerebro y descubrió que los participantes se sentían más activos, alertas, atentos, orgullosos e inspirados y menos angustiados y nerviosos después de sumergirse en agua fría durante cinco minutos. También se ha descubierto que la estimulación con frío activa el nervio vago, que ayuda a regular el sistema nervioso en momentos de estrés.

En cuanto a la influencia en el corazón, un estudio de 2015 analizó cómo la adaptación al frío afecta el riesgo de enfermedad cardiovascular. Los resultados mostraron que los participantes que estaban adaptados al frío tenían mejores marcadores de salud cardiovascular y una mejor capacidad para manejar el estrés oxidativo, en comparación con los participantes no adaptados al frío. Pero no todo es color de rosa. Hay otros estudios que señalan que los baños de hielo pueden aumentar el riesgo cardiovascular porque intensifican la carga de trabajo que soporta el corazón en general. Por eso es mejor hablar con su proveedor antes de incorporar un baño de hielo a su rutina.

Algo con lo que coincide de la Cruz Torres: “Hay que tener cuidado con aquellas personas con afectaciones neurológicas, baja sensibilidad, una hipertensión no controlada… esas son las complicaciones más habituales que hay que tener en cuenta. También hay que tener en cuenta que, si no hacemos ejercicio, no va a servir para nada, nos altera el metabolismo, pero no tiene efecto. Ejercicio no significa competencia: una persona mayor que sale a caminar, sí puede obtener beneficios de esta práctica. Siempre consultando con su médico”.