Directo

Agujero negro
En medio de una violencia cósmica sin precedentes, la física moderna ha encontrado un pilar inamovible. La teoría de la relatividad general de Albert Einstein ha salido reforzada tras observar el comportamiento del gigantesco agujero negro que habita en el corazón de la galaxia Messier 87, un coloso con una masa 6.500 millones de veces superior a la de nuestro Sol y situado a 55 millones de años luz de la Tierra. A pesar del caos que se desata en su entorno, la sombra del agujero negro se ha mantenido sorprendentemente estable, coincidiendo con las predicciones del físico alemán.
Sin embargo, este remanso de orden contrasta frontalmente con la agitación que lo rodea. Los astrónomos han sido testigos de un fenómeno extraordinario: el campo magnético del agujero negro ha dado un vuelco completo, invirtiendo su dirección en un lapso de apenas cuatro años. Se trata de un comportamiento jamás documentado en las inmediaciones de uno de estos monstruos galácticos, un descubrimiento que redefine lo que sabíamos sobre la dinámica de las regiones más extremas del universo. Este hallazgo se suma a una serie de observaciones recientes que están transformando nuestra visión del cosmos, como el descubrimiento de una estructura espacial prácticamente inédita que obliga a replantear modelos anteriores.
De hecho, la proeza de captar esta inversión ha sido posible gracias a la observación coordinada de una red global de telescopios durante los años 2017, 2018 y 2021. Los científicos lograron la hazaña rastreando los cambios magnéticos al analizar la luz polarizada que emite el plasma incandescente que gira al borde del abismo, justo antes de ser devorado. La conclusión, tal y como han publicado en ScienceAlert, no deja lugar a dudas sobre la naturaleza turbulenta de este entorno.
Este hallazgo, por tanto, va mucho más allá de la mera curiosidad astronómica. Comprender estas fluctuaciones tan drásticas en el plasma magnetizado es fundamental para resolver dos de los mayores enigmas que plantean los agujeros negros: cómo se alimentan de materia y, sobre todo, cómo son capaces de expulsar los impresionantes chorros de partículas que viajan a velocidades cercanas a la de la luz a través del cosmos. Este misterio sobre la 'dieta' de los agujeros negros es uno de los grandes retos de la astrofísica actual, similar a los recientes descubrimientos sobre qué está alimentando a las estrellas gigantes en otras partes del universo.
Con todo, la investigación no se detiene aquí. La comunidad científica tiene ahora la vista puesta en el año 2026, cuando se llevarán a cabo nuevas observaciones con una precisión todavía mayor. El objetivo es tan ambicioso como fascinante: recopilar suficientes datos como para componer la primera película del agujero negro, una secuencia que mostrará la evolución de M87* en el tiempo y que promete desvelar aún más secretos sobre los objetos más enigmáticos del universo.
Directo