Fusión nuclear

Giro de 180 grados en la energía nuclear: el imán gigante de 1.000 toneladas que por fin podría desatar el poder del Sol en la Tierra

La empresa General Atomics, desde Estados Unidos, ha completado el Solenoide Central, el imán superconductor más grande jamás construido. Este coloso de más de mil toneladas impulsará la fusión en el ITER de Francia, un hito energético

La energía del Sol proviene de su núcleo, en el que la presión y la temperatura son tan altas que se produce fusión nuclear de forma espontánea. Esas mismas reacciones de fusión también producen una gran cantidad de neutrinos, que atraviesan fácilmente la materia que hay encima del núcleo y salen al exterior en todas direcciones. Las estrellas son, pues “faros de neutrinos”.
La energía del Sol proviene de su núcleo, en el que la presión y la temperatura son tan altas que se produce fusión nuclear de forma espontánea. Esas mismas reacciones de fusión también producen una gran cantidad de neutrinos, que atraviesan fácilmente la materia que hay encima del núcleo y salen al exterior en todas direcciones. Las estrellas son, pues “faros de neutrinos”.NASA / Solar Dynamics Observatory

La compañía General Atomics (GA), con sede en San Diego, Estados Unidos, ha anunciado la culminación del desarrollo de los seis módulos que conforman el Solenoide Central, una pieza clave para la ambiciosa búsqueda de la energía de fusión. Este logro representa un avance de envergadura en el campo de la energía limpia, al tratarse del imán superconductor pulsado de mayor tamaño y potencia jamás concebido. Esta búsqueda de fuentes de energía sostenible se alinea con otras investigaciones prometedoras, como la posibilidad de extraer energía directamente del corazón de la Tierra.

Además, estos imponentes módulos están diseñados para alimentar las complejas reacciones de fusión que se llevarán a cabo en ITER, la innovadora instalación de investigación internacional que actualmente se erige en el sur de Francia. La magnitud del desafío ingenieril es verdaderamente asombrosa, ya que cada uno de estos seis componentes supera las 122 toneladas métricas de peso. Las reacciones de fusión que ITER busca replicar son similares a las que ocurren de forma natural en estrellas como nuestro Sol, cuya historia y evolución han sido objeto de fascinantes descubrimientos recientes sobre cómo el Sol se convirtió en una bestia ardiente hace millones de años.

De hecho, el proceso de fabricación de cada unidad ha demandado una dedicación considerable y minuciosa, requiriendo más de dos años de trabajo intensivo. En su conjunto, este monumental proyecto, que ha abarcado un periodo de quince años, ha sido gestado y completado íntegramente en el Centro de Tecnologías Magnéticas de General Atomics, situado en Poway, California, lo que subraya la capacidad técnica de la empresa en este campo.

Un gigante de más de mil toneladas

En su configuración final, el sistema completo del Solenoide Central presentará unas dimensiones imponentes, superando los dieciocho metros de altura y alcanzando 4,25 metros de ancho. Su peso total se disparará por encima de las mil toneladas métricas, erigiéndose como una proeza de la ingeniería moderna y un pilar fundamental para el avance hacia una energía más sostenible, tal y como informan desde Interesting Engineering. Este esfuerzo subraya la urgencia de desarrollar fuentes de energía limpias y eficientes, especialmente en un contexto global donde las olas de calor extremas se están volviendo cada vez más comunes.

En este sentido, esta notable consecución afianza de forma notable la posición de General Atomics como referente en la innovación de la fusión. La compañía se convierte así en la primera entidad privada en asumir y completar la construcción de imanes de fusión de esta escala, lo que confiere a Estados Unidos una ventaja competitiva de primer orden en la carrera global por la energía de fusión.

Asimismo, este programa no solo ha culminado con la entrega de un componente crucial para ITER, sino que ha permitido a General Atomics establecer y consolidar capacidades técnicas avanzadas. Estas serán, sin duda, esenciales para el desarrollo de futuras tecnologías de fusión y otras aplicaciones más amplias dentro del sector energético.