
Ciencia
El día más corto del año: ¿cuándo es el solsticio de invierno en 2025?
La fecha que marca el inicio del invierno astronómico llegará puntual en diciembre, acompañada del día con menos horas de luz del año

Cada año, millones de personas miran al calendario buscando la fecha exacta del solsticio de invierno. No es solo una curiosidad astronómica: este evento señala un punto de inflexión simbólico y natural. Tras semanas en las que los días parecen encogerse, la llegada del solsticio marca el comienzo del lento retorno de la luz en el que los días son cada vez más largos, que eso siempre se agradece.
Sin embargo, a pesar de su trascendencia cultural y científica, todavía abundan dudas sobre qué ocurre exactamente en ese momento y por qué no coincide con el arranque del invierno meteorológico que menciona la mayoría de las previsiones del tiempo.
¿Cuándo se produce el solsticio en 2025?
En 2025, el solsticio de invierno tendrá lugar el 21 de diciembre a las 15:03 (hora peninsular española). Conviene subrayar que el solsticio no es un día completo, sino un instante preciso en el que el Sol alcanza su posición más baja en el cielo del hemisferio norte. Desde ese momento, y de forma casi imperceptible al principio, la duración de la luz diurna comienza a aumentar.
Qué ocurre durante el solsticio
El término “solsticio” procede del latín sol (sol) y sistere (detenerse), y alude a la sensación de quietud solar. Desde la perspectiva terrestre, parece que el Sol se detiene antes de volver a elevarse gradualmente en su trayectoria aparente a lo largo del horizonte.
La explicación científica está en la inclinación del eje terrestre, que se mantiene constante a 23,5 grados mientras la Tierra gira alrededor del Sol. Esta inclinación provoca que diferentes regiones del planeta reciban más o menos luz a lo largo del año. Durante el solsticio de invierno, el Sol se sitúa directamente sobre el Trópico de Capricornio, en el hemisferio sur. Allí se celebra el día más largo del año, mientras que en el norte ocurre lo contrario: menos horas de luz y la noche más extensa del calendario.
Aunque el solsticio en el hemisferio norte suele producirse entre el 20 y el 22 de diciembre, no existe un día fijo. Esto sucede porque nuestro calendario civil gregoriano no se ajusta a la perfección al año solar real. La Tierra tarda aproximadamente 365, 24 días en orbitar alrededor del Sol, de modo que cada año hay un desfase de unas seis horas. Esa diferencia se corrige mediante los años bisiestos, que añaden un día adicional cada cuatro años y reajustan el calendario astronómico.
A estos factores se suman pequeñas variaciones en la órbita terrestre y un movimiento paulatino de su eje, conocido como precesión, que también afecta ligeramente a la fecha y hora exactas de los solsticios.
El día más corto del año no se experimenta del mismo modo en toda España, ni mucho menos en todo el planeta. Cuanto más al norte, menor será la duración del día. En latitudes extremas, como las comprendidas dentro del Círculo Polar Ártico, el Sol ni siquiera llega a asomar. Fenómenos como la noche polar, visibles en Noruega, Finlandia o Islandia, son consecuencia directa de la inclinación del planeta. En ciudades como Madrid, el 21 de diciembre de 2025 la luz durará algo más de nueve horas, mientras que en puntos más septentrionales de Europa apenas se superarán las seis.
¿Marca el solsticio el inicio del invierno?
Existen dos formas aceptadas de definir las estaciones:
- Meteorológica: fija fechas inamovibles basadas en criterios climáticos. El invierno comienza el 1 de diciembre y termina el 28 o 29 de febrero.
- Astronómica: depende de la posición de la Tierra en su órbita. Según este criterio, el invierno empieza con el solsticio y finaliza con el equinoccio de primavera.
El solsticio ha sido observado y celebrado por civilizaciones de todo el mundo durante milenios. Monumentos como Stonehenge o el Templo del Sol de Machu Picchu están alineados con la trayectoria solar del solsticio, prueba de que este fenómeno marcaba calendarios agrícolas, rituales y cosmovisiones.
Hoy, aunque la ciencia ha reemplazado los mitos, el solsticio sigue evocando un simbolismo poderoso: el renacimiento de la luz tras el punto más oscuro del año.
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