Demografía

El estudio científico que le pone fecha al fin del mundo

Está firmado por un experto de Harvard que usó cálculos matemáticos. Y está más cerca de lo que piensas.

Apocalipsis: El fin del mundo en diferido
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Los augurios de un fin del mundo , de un evento apocalíptico o de la extinción de la humanidad tienen un constante calendario que se actualiza con el paso del tiempo. Principalmente porque todos se basan en predicciones o en personajes cuya capacidad adivinatoria es más producto de la causalidad que de la ciencia. Pero un estudio firmado por el físico Heinz von Foerster y Patricia M. Mora de la Universidad de Chicago y por Lawrence Amiot, del Argonne National Laboratory da una fecha demasiado exacta y con cálculos matemáticos para sostenerla: el 13 de noviembre de 2026.

En un artículo publicado en Science, los autores señalan que no será a causa de un evento apocalíptico que llega del espacio o de una pandemia, más bien nosotros mismos sermos los culpables. Y no, no se trata del cambio climático. El equipo de von Foerster calcula lo que sucederá si logramos evitar otros desastres naturales y conseguimos producir un suministro ilimitado de alimentos y la población continúa aumentando a un ritmo cada vez mayor. El clímax llegará en una fecha calculable según el estudio. "Nuestros tataranietos no se morirán de hambre - explica el estudio -, pero serán exprimidos hasta la muerte. En esta fecha la población humana se acercará al infinito si crece como ha crecido en los últimos dos milenios”. La predicción del estudio es que moriremos por sobrepoblación.

Lo primero que hay que aclarar es que el estudio tiene más de 60 años, ya que se publicó en 1960. Y, en segundo lugar, que se trata de un ensayo matemático. Los autores usaron una ecuación para ilustrar de un modo interesante que cualquier población que aumente a un ritmo acelerado (como lo ha estado haciendo la especie humana) se dirige hacia un problema final. Incluso la mejor tecnología alimentaria no puede adelantarse a una curva cada vez más pronunciada, explican.

Pero al mismo tiempo creen que "no hay necesidad de esperar hasta que un mecanismo externo influya en la actividad humana. Dado que el entorno del ser humano está cada vez menos influenciado por las 'fuerzas naturales' y más y más por las fuerzas sociales determinadas por nuestra especie, somos nosotros los que debemos tomar el control de nuestro destino."

La realidad es que no debemos preocuparnos mucho por este escenario: la ONU proyecta señala que la población mundial alcanzará los 8.500 millones en 2030 y aumentará a los 9.700 millones en 2050 y llegará a los 11.200 millones para 2100. Pero eso está muy lejos del infinito que auspician en este estudio. Por lo tanto nuestros bisnietos y bisnietas no tendrán ese problema. Y menos nosotros.