Sociología
Un experimento regala barbies a 700 escuelas británicas. Y no sale como esperaba
El objetivo era que los alumnos desarrollaran herramientas para potenciar la empatía
No es extraño que esta semana se hable más que en las últimas décadas sobre Barbie: entre el estreno de la película y otras novedades, la popularidad de estas muñecas ha aumentado. Más aún, en algunos países, como el Reino Unido, donde compañía de juguetes Mattel, responsable de estas muñecas y su universo, ha sido criticada por "marketing sigiloso" después de regalar muñecas Barbie y Ken a escuelas como parte de un programa para enseñar empatía a los niños.
La iniciativa surgió a partir de una colaboración de cinco años entre Mattel y la Universidad de Cardiff. Eso llevó a un artículo, publicado en 2020, que detectó que se producía una mayor actividad cerebral en los niños que jugaban con muñecas Mattel que en aquellos que jugaban con tablets. Un nuevo análisis, también patrocinado por Mattel y parte del mismo grupo experimental, concluyó en 2022 que los niños que jugaban con muñecas usaban un lenguaje más complejo para describir sentimientos y pensamientos.
Obviamente, los resultados son muy interesantes, pero hay que recordar que ambos estudios fueron financiados por el fabricante de muñecas y eso es claramente un conflicto de intereses. Para saber si los resultados podían duplicarse en un estudio independiente o con otros estímulos, se analizó el impacto del programa "Barbie School of Friendship" de Mattell, en el que se entregan muñecas gratis para que los niños realicen ejercicios de juego de roles, se ha implementado en 700 escuelas en todo el Reino Unido, "con el potencial de llegar a más de 150.000 alumnos", según la empresa. Las conclusiones, publicadas en The BMJ y lideradas por Hristio Boytchev, señalan algunas críticas, al programa y a los resultados mostrados en los estudios previos. Se habla de los posibles efectos negativos de las muñecas Barbie en términos de estereotipos de género, cuestionando el uso de la investigación para justificar el programa y preguntando si las empresas deberían poder comercializar libremente sus productos a través de las escuelas.
"El proyecto me hace sospechar que puede ser explotador - señala la experta en educación Philippa Perry -. Siento un poco de repulsión por eso". Por su parte, Mark Petticrew, profesor de evaluación de la salud pública en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, calificó el programa de "alarmante". Y como estas son muchas las voces que han escrito en The British Medical Journal para criticar la iniciativa.
“Las entidades comerciales como Mattel no son expertas en salud o educación infantil, son expertas en vender productos para maximizar las ganancias - agrega May van Schalkwyk, también en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres -. Los materiales de Mattel tienen mucha marca: ¿por qué los niños deberían estar expuestos a este tipo de marketing sigiloso?".
Lisa Georgeson, maestra de una de las escuelas primarias que participó del programa, dijo que la compañía había ofrecido recursos gratuitos "lo que, dada la actual falta de fondos en las escuelas, siempre es positivo". En múltiples ocasiones, en información dirigida a docentes, padres y público, Mattel hace referencia a los estudios que ha financiado como base del programa. Franziska Korb, psicóloga de la Universidad Tecnológica de Dresden, Alemania, le dijo a The BMJ que la idea del estudio era buena y que la metodología era adecuada, pero enfatizó que si bien los estudios encontraron diferencias significativas entre el juego con muñecas y el realizado con tabletas, estas solose daban cuando cada niño jugaba solo. Sin embargo, cuando jugaban con un adulto, las diferencias desaparecían. Korb también explica que la investigación no se puede usar para hacer afirmaciones sobre los efectos de desarrollo o comportamiento a largo plazo.
Por su parte, la propia Sarah Gerson de la Universidad de Cardiff, autora principal de ambos estudios financiados por Mattel, dice que encuentra el programa interesante, pero expresó algunas reservas. Una de ellas es que afirmar que la investigación muestra que jugar con muñecas como Barbie ofrece grandes beneficios, resulta "un poco fuerte". Finalmente, el Departamento de Educación se negó a confirmar si había evaluado el programa y le dijo a The BMJ que las escuelas británicas tienen autonomía para introducir cualquier material educativo que consideren apropiado.
Cuando una empresa financia una investigación (a menudo ocurre con bebidas alcohólicas o con alimentos como el chocolate) y descubren nuevos beneficios, es importante mirar todos los resultados con lupa.
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