
Colapso
Un experto sentencia el futuro de la humanidad: "La autodestrucción es lo más probable"
Un exhaustivo estudio histórico analiza la trayectoria de civilizaciones pasadas para proyectar el futuro de la humanidad

Un notable estudio histórico ha puesto el foco en la longevidad de las sociedades humanas, analizando un periodo de cinco milenios de historia. La investigación, basada en el análisis de más de cuatrocientas civilizaciones que han existido a lo largo del tiempo, sugiere una preocupante conclusión sobre el destino de nuestra propia sociedad actual.
Los expertos que han participado en este trabajo señalan que la autodestrucción podría ser el desenlace más probable para la civilización tal como la conocemos. No es la primera vez, incluso se ha puesto fecha a la destrucción del planeta.
La investigación ha sido liderada por Luke Kemp, quien desempeña su labor como investigador en el Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge. Kemp ha compartido públicamente su perspectiva, afirmando que, aunque es imposible fijar una fecha para un posible colapso, el examen de la historia nos ofrece una visión clara de las trayectorias actuales. Sus conclusiones dibujan un panorama en el que la desaparición de la civilización es el escenario de mayor probabilidad para la humanidad. Aparte de los esfuerzos humanos, también hay superordenadores que parece que no se equivocan en sus aproximaciones.
El patrón de las grandes civilizaciones y sus desafíos
Según el análisis, la historia se puede interpretar como un relato de poder y control de recursos. Luke Kemp, de quien informan desde Futurism informan, emplea el término "Goliats" para referirse a aquellos reinos e imperios que lograron dominar a otros, apoyándose en la fuerza y la coerción. Estas entidades históricas consolidaron un monopolio sobre recursos y poblaciones a través del uso de la violencia organizada.
Sin embargo, el estudio detalla que la permanencia de estos "Goliats" no ha sido eterna. La investigación de Kemp indica que estas grandes estructuras suelen sucumbir bajo su propio peso, principalmente a causa de la creciente desigualdad interna y la codicia desmedida de sus élites dirigentes. El proceso de decadencia se acelera a medida que las clases privilegiadas extraen una mayor cantidad de riqueza de la población y los recursos naturales.
Esta extracción desmedida de recursos y capital por parte de las élites, explica el investigador, conduce a una mayor fragilidad social. El resultado es una espiral de conflictos internos, una corrupción extendida, un empobrecimiento generalizado de las masas y un deterioro en la salud de la población. Además, se observa una tendencia a la sobreexpansión y a una toma de decisiones deficiente por parte de una pequeña oligarquía gobernante.
El investigador subraya que, una vez que la sociedad se ha vaciado de su vitalidad interna por todos estos factores, queda vulnerable ante choques externos. Estos pueden manifestarse en forma de enfermedades, conflictos bélicos o alteraciones climáticas, que terminan por fracturar por completo la estructura social existente.
En el contexto actual, Kemp argumenta que nos encontramos bajo la influencia de un "Goliat global" único, interconectado y operando dentro del marco del capitalismo. Los riesgos de colapso de los sistemas alimentarios, la amenaza constante de un conflicto nuclear y la crisis climática creciente son factores que, según su análisis, podrían precipitar la caída de esta "macro-civilización".
El investigador incluso ha llegado a señalar directamente a ciertas figuras de la política global, a las que describe con características específicas, atribuyéndoles un papel en el acercamiento a un potencial desenlace. Para evitar un colapso completo, el estudio propone la creación de sociedades genuinamente democráticas y la implementación de sistemas de tributación más equitativos para las grandes fortunas. A pesar de todo, Kemp mantiene un optimismo sobre la capacidad humana para alcanzar estos objetivos.
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