Astrobiología

El "gancho interestelear" de Harvard que busca tecnología extraterrestre en el fondo oceánico

Creado por el científico Avi Loeb es un artilugio similar a un tentáculo que habría encontrado lo que podrían ser fragmentos de un meteorito alienígena.

En Interstellar (Christopher Nolan, 2014) se utiliza la gravedad para manipular el tiempo.
¿Nos daríamos cuenta si lo que encontramos es alienígena?Warner BrosLa Razón

Aunque parte de la prensa lo presente como un "cazador de ovnis" de Harvard, la realidad es que Abraham, Avi, Loeb es bastante más. Él es el director del Proyecto Galileo, director fundador de la Iniciativa Black Hole de la Universidad de Harvard, director del Instituto de Teoría y Computación del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica. Fue presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard a lo largo de una década (entre 2011 y 2020) y miembro del Consejo de Asesores del Presidente sobre Ciencia y Tecnología y expresidente de la Junta de Física y Astronomía de las Academias Nacionales. Pero lógicamente es más llamativo catalogarlo como cazador de ovnis. Más aún cuando su última expedición científica, en el Océano Pacífico, habría usado su gancho interestelar para analizar el fondo oceánico. Y dar con "algo".

Avi Loeb habría encontrado lo que cree que podrían ser fragmentos de un meteorito alienígena usando el gancho mencionado, un artilugio similar a un tentáculo que inventó y que raspa el fondo del océano para recoger posibles muestras de rocas interestelares. Loeb se ha hecho un nombre en su búsqueda de años para descubrir artefactos que podrían pertenecer a una civilización extraterrestre. Aunque quizás sea más famoso por sus teorías sobre el objeto interestelar Oumuamua, que pasó volando por la Tierra en octubre de 2017 o la última anomalía en cuestión denominada IM1, cayó en el Océano Pacífico en 2014.

Loeb cree firmemente que vino de fuera de nuestro Sistema Solar debido a la increíble velocidad a la que se estrelló contra nuestros mares, cuya ubicación confirmó más tarde el Departamento de Defensa.

Y eso no es todo. Loeb sostiene que el meteorito puede representar tecnología de una civilización alienígena, una teoría que se ha enfrentado a muchas voces escépticas. Entonces, ¿por qué Loeb cree que se trata de un objeto alienígena? A principios de junio, Loeb y su tripulación zarparon a bordo de un barco llamado Silver Star para explorar la zona de aterrizaje de la anomalía IM1 y el 21 de junio, parecían haber dado en el blanco cuando encontraron pequeños fragmentos esféricos llamados "esférulas" hechos de una extraña mezcla de hierro, magnesio y titanio. Las esférulas a menudo son el sello distintivo de meteoritos o asteroides, que se crean cuando explotan violentamente. Si bien Loeb parece estar seguro de que los pequeños fragmentos, de solo un tercio de milímetro de tamaño, son de IM1, otros científicos se muestran escépticos y señalan que diferentes procesos terrestres también pueden crear esférulas.

Pese a ello, Loeb insiste en que la composición "anómala" de las esférulas las convierte en un buen candidato para tener orígenes interestelares, aunque señala que se necesita más investigación para descubrir qué las hace tan especiales. Pero los primeros análisis sorprenden, como explica el propio Loeb: "Ryan Weed y Jeff Wynn analizaron en detalle este cable inesperado y concluyeron que su composición es anómala en comparación con las aleaciones hechas por humanos".

El equipo ahora espera analizar las muestras con un espectrómetro en Harvard para identificar cualquier isótopo dentro. ¿Y quién sabe? Todavía hay una minúscula posibilidad de que hayan llegado aquí desde un sistema estelar completamente diferente. Que provenga de otra civilización es algo que, por ahora, parece tan lejano como interestelar.