
Universo
Confirmado por la ciencia: se puede fabricar una bomba que crea un agujero negro
Científicos crean la primera "bomba de agujero negro" en laboratorio, un concepto inquietante que desafía nuestra comprensión del cosmos

La física moderna nos ha enseñado que las leyes del universo pueden desafiar nuestra intuición más básica. Lo que parece imposible en nuestro día a día puede convertirse en realidad cuando hablamos de condiciones extremas. Sobre todo con algo tan exótico, desconocido, pero atractivo como son los agujeros negros.
Los agujeros negros siguen siendo uno de los fenómenos más enigmáticos del cosmos. Estas singularidades gravitacionales esconden secretos que podrían revolucionar nuestra comprensión de la energía.
Ahora, un equipo de científicos ha logrado algo que parecía sacado de la ciencia ficción: crear la primera “bomba de agujero negro” en laboratorio.
La primera bomba cósmica recreada en la Tierra
Según apuntan desde Futurism, los físicos han conseguido construir el primer dispositivo experimental que replica el comportamiento energético de un agujero negro, aunque sin los riesgos existenciales que implicaría trabajar con uno real. El concepto no es nuevo: data de finales de los años 60, pero hasta ahora había permanecido en el terreno puramente teórico.
La investigación tiene sus raíces en las ideas del físico Roger Penrose, quien en 1969 teorizó cómo los agujeros negros arrastran y aceleran el tejido del espacio-tiempo a su alrededor. Dos años después, el físico bielorruso Yakov Zel’dovich propuso un sistema giratorio para investigar si la energía rotacional de un agujero negro podría extraerse sin violar las leyes de conservación energética.
El profesor Hendrik Ulbricht de la Universidad de Southampton y su equipo han logrado recrear el llamado “efecto Zel’dovich” utilizando un cilindro espejado para amplificar energía y crear un bucle de retroalimentación positiva. El experimento surgió casi por casualidad durante los confinamientos de 2020, cuando Ulbricht, aburrido en casa, decidió construir una primera versión con un cilindro de aluminio giratorio y campos magnéticos.
Los resultados fueron sorprendentes: el equipo consiguió generar un campo magnético mayor al que introdujeron inicialmente. Haciendo girar bobinas metálicas magnetizadas alrededor de un cilindro a alta velocidad, lograron amplificar la señal electromagnética de entrada.
El físico Vitor Cardoso de la Universidad de Lisboa, no involucrado en la investigación pero firme conocedor de este tipo de tecnología, expresó su asombro: es desconcertante que al lanzar una onda electromagnética de baja frecuencia contra un cilindro giratorio se obtenga más energía de la introducida.
Los investigadores esperan que este trabajo nos acerque a comprender mejor cómo los agujeros negros energizan las partículas cercanas e incluso podría arrojar luz sobre la materia oscura, esa sustancia misteriosa que constituye aproximadamente el 27% de la materia universal.
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