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Las nuevas terapias contra la obesidad: El avance científico de 2023 según Science
La revista científica Science ha sorprendido a todos con el hito que encabeza su lista de los logros científicos de 2023
Nadie esperaba que la revista Science eligiera las terapias para la obesidad como el logro científico más relevante de 2023. Durante este año hemos disfrutado de muchos avances espectaculares en el campo de la astronáutica, la inteligencia artificial y la bioquímica, pero no han escogido ninguno de los más mediáticos. Los nuevos tratamientos para la obesidad se han abierto camino directamente hasta la cima de la lista sin haber pasado apenas por las televisiones y los periódicos. Porque no hablamos de cualquier terapia que podamos encontrar en el herbolario. Se trata de moléculas que imitan una sustancia que naturalmente produce nuestro intestino, el GLP-1, un péptido, que, dicho de otro modo: son las piezas básicas que componen a las proteínas.
Y es que la obesidad no es un tema cualquiera. El 50% de los europeos y un 70% de los americanos entran dentro de los criterios diagnósticos de la obesidad. Una cuestión que va mucho más allá de la frívola estética. En estos pacientes, las articulaciones sufren una carga mucho mayor y, por consiguiente, se desgastan antes. También asocian un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares, porque por lo general la obesidad se relaciona también con una mayor cantidad de grasa en torno a las vísceras, que sí tiene una altísima correlación con las patologías del corazón. Incluso los pulmones se resienten (entre otras cosas), por la dificultad de expandir la caja torácica bajo ese peso. Definitivamente, es un problema de salud poblacional que debemos enfrentar. Por una parte, mediante la prevención, promocionando la actividad física y la buena alimentación, pero no podemos confiar solo en eso.
Sus efectos secundarios
Aunque este fármaco ha sido desarrollado para tratar la diabetes, durante las últimas décadas los investigadores y médicos se han ido dando cuenta de que contribuye a una importante bajada del peso corporal. Esa no es la novedad. Lo que realmente celebra Science es que, durante este año se ha demostrado que no solo contribuye a bajar el peso, sino que tiene efectos claros sobre la salud de los pacientes. En palabras de la propia revista: “Este año, los ensayos clínicos descubrieron que también reducen los síntomas de insuficiencia cardíaca y el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, la evidencia más convincente hasta ahora de que los medicamentos tienen beneficios significativos más allá de la pérdida de peso en sí misma. Por estas razones, la revista Science ha nombrado a los medicamentos GLP-1 el Avance del Año”.
En agosto de este año, un ensayo con 529 personas con obesidad e insuficiencia cardíaca encontró que después de 1 año, las personas que tomaban semaglutide tenían casi el doble de mejoría cardíaca. Un detalle muy importante, porque refuerza la idea de que este tratamiento no pretende reducir el peso de los pacientes por motivos estéticos, sino porque puede contribuir a un descenso de las patologías asociadas. Y es que, aunque parezca extraño, cuando hablamos de fármacos estas relaciones no son nada seguras. Tenemos, por ejemplo, algunos tratamientos para el colesterol que lo reducen sin bajar por ello el riesgo de morir por un infarto cardiaco.
No todo es tan fantástico
Aunque, por muy bien que suene, tenemos que dar cuenta de que existe un estigma contra las personas con cuerpos no normativos y que no todo el mundo cuyas medidas encajan con el diagnóstico de sobrepeso tienen la necesidad médica de adelgazar, algunos están perfectamente sanos y, por eso, conviene estudiar cada caso por separado, intentando no dejarnos arrastrar por prejuicios tan arraigados en nuestra sociedad como este. La propia revista lo reconoce en su comunicado con las siguientes frases: “Al honrar estas terapias, también reconocemos las incertidumbres e incluso las ansiedades que este cambio de paradigma conlleva. Reconocemos, además, que la obesidad conlleva complejidades médicas y sociales, y que muchas personas consideradas con sobrepeso por otros están saludables y tienen poco deseo o necesidad apremiante de perder peso”.
Puede parecer mentira, pero no comprendemos el verdadero médico impacto de la obesidad tanto como pensamos. Hará falta seguir investigando de la manera más objetiva que podamos, y utilizar con cautela este tipo de tratamientos, que, si bien prometen ser rompedores, la historia de la farmacología nos ha enseñado que nunca está de más extremar los cuidados.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Estos tratamientos no son para todo el mundo y es importante recordarlo: no son para bajar peso por motivos estéticos, sino para reducir el peso en casos donde el índice de masa corporal es notablemente alto comparado con lo que recomiendan los estudios científicos. Deben ser indicados por un profesional y conviene reunir segundas opiniones de diferentes profesiones médicas, sumando la perspectiva de un nutricionista, y no solamente de un médico.
- Por supuesto, la lista es más larga y, por ejemplo, la subcampeona ha sido sobre la crisis climática. Este año, varios estudios dejaron claro que la llamada “bomba de carbono” está en grave peligro. Los primeros signos preocupantes aparecieron hace años, especialmente a partir de las sondas robóticas Deep Argo, flotadores que se desplazan autónomamente hasta 4000 metros. Descubrieron que las aguas profundas de la Antártida se estaban calentando y que su volumen se estaba reduciendo, ambos signos de que la corriente se estaba desacelerando, permitiendo que las aguas más cálidas de arriba se infiltraran. El flujo de agua abisal disminuyó casi un 30% entre 1992 y 2017. Los modelos climáticos tradicionales habían pronosticado que la circulación podría disminuir, pero que tardaría algunos años más.
REFERENCIAS (MLA):
- Breakthrough of the year (2023) Science https://www.science.org/content/article/breakthrough-of-the-year-2023#section_breakthrough
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