
Espacio
Los satélites militares de SpaceX han comenzado a emitir una señal muy extraña
La constelación de satélites espía de SpaceX, un proyecto multimillonario para el Pentágono, opera con una señal de radio que podría violar la normativa internacional y generar graves interferencias en el espacio

Una flota de al menos 170 satélites militares secretos, parte de la constelación Starshield operada por la compañía estadounidense SpaceX, podría estar vulnerando la normativa internacional que regula las comunicaciones en el espacio. Estos dispositivos, puestos en órbita para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, están transmitiendo una señal en una frecuencia que, según los estándares vigentes, no les corresponde, generando una considerable preocupación entre los expertos del sector.
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En concreto, el problema reside en que los satélites emiten en la banda de 2025 a 2110 MHz. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo de las Naciones Unidas que gestiona el espectro radioeléctrico global, reserva este rango exclusivamente para las comunicaciones que viajan desde la Tierra hacia el espacio. El uso inverso de una banda de frecuencia reservada para el enlace descendente, desde los satélites a tierra, supone una anomalía que contraviene las directrices pactadas por la comunidad internacional.
Esta aparente irregularidad, lejos de ser un mero formalismo técnico, entraña un riesgo real para las operaciones orbitales, tal y como informa el medio Futurism. La principal amenaza es la posibilidad de generar un riesgo de interferencias de radiofrecuencia que podría afectar a otros satélites, tanto civiles como militares. Un escenario así dificultaría su capacidad para recibir comandos desde sus centros de control, comprometiendo la integridad de sus misiones.
Un descubrimiento casual que destapa una operación millonaria
Lo más llamativo del caso es que la detección de esta anomalía no provino de ninguna agencia espacial gubernamental, sino del trabajo de un simple rastreador aficionado. Fue el observador Scott Tilley quien, desde su propia casa, se topó accidentalmente con estas transmisiones y dio la voz de alarma entre la comunidad de expertos que vigilan el firmamento.
Asimismo, la operación detrás de estos satélites es de una envergadura colosal. Forma parte de un contrato de 1.800 millones de dólares entre SpaceX y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), la agencia de inteligencia responsable de los satélites espía estadounidenses. Desde el pasado mes de mayo, la empresa de Elon Musk ha llevado a cabo once lanzamientos para desplegar esta red de defensa. Esta iniciativa militar se alinea con la visión de su fundador, ya que en repetidas ocasiones Elon Musk ha explicado qué quiere para la Tierra, a menudo enmarcando sus proyectos espaciales en un contexto de seguridad planetaria.
Pese a todo, y a pesar del revuelo que ha causado la noticia, por el momento no se han registrado quejas públicas por parte de otros operadores satelitales ni se ha informado de daños concretos derivados de estas emisiones. La situación, sin embargo, pone de manifiesto la creciente complejidad en la gestión del tráfico y las comunicaciones en una órbita terrestre cada vez más congestionada y disputada.
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