Neurociencias
Tratan la depresión invirtiendo las señales del cerebro
La comunicación entre dos áreas del cerebro podría estar alterada en personas con depresión algo que podría revertirse.
De acuerdo con datos del Ministerio de Saanidad, la depresión es una alteración fundamentalmente afectiva del estado de ánimo. Se trata de un trastorno casi tres veces más frecuente en la mujer (58,5%) que en el hombre (23,3%) y en nuestro país hay 2,1 millones de personas que padecen cuadros depresivos. Muchos de ellos son resistentes a diversos tratamientos y son estos los que podrían tener una respuesta en un nuevo hallazgo: la inversión de las señales del cerebro.
De acuerdo con un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los pulsos magnéticos aplicados al cuero cabelludo para estimular el cerebro pueden brindar un alivio rápido a muchos pacientes severamente deprimidos para quienes los tratamientos estándar han fallado. Sin embargo, ha sido un misterio exactamente cómo la estimulación magnética transcraneal (TMS por sus siglas en inglés) cambia el cerebro para disipar la depresión. El estudio, liderado por Anish Mitra de la Universidad de Stanford ha descubierto que el tratamiento funciona invirtiendo la dirección de las señales cerebrales anormales.
"La principal hipótesis era que la TMS podría cambiar el flujo de actividad neuronal en el cerebro – explica Mitra en un comunicado –. Pero para ser honesto, era bastante escéptico y quería probarlo”. Mitra desarrolló una herramienta matemática para analizar imágenes de resonancia magnética funcional, o fMRI, utilizada para localizar áreas activas en el cerebro. El nuevo análisis utilizó diferencias mínimas en el tiempo entre la activación de diferentes áreas para revelar también la dirección de esa actividad. “Era la prueba perfecta para ver si la TMS tiene la capacidad de cambiar la forma en que las señales fluyen a través del cerebro”, añade Mitra.
Los autores analizaron a 33 pacientes a los que se les había diagnosticado un trastorno depresivo resistente al tratamiento. Veintitrés recibieron un tratamiento conocida como terapia de neuromodulación de Stanford, similar a la estimulación solo qe incorpora tecnologías de imágenes avanzadas para guiar la estimulación. Otros 10 recibieron un tratamiento simulado que imitaba SNT pero sin estimulación magnética. Compararon los datos de estos pacientes con los de 85 voluntarios sin depresión.
Cuando analizaron los datos de fMRI en todo el cerebro, destacó una conexión. En el cerebro normal, la ínsula anterior, una región que integra las sensaciones corporales, envía señales a una región que gobierna las emociones, la corteza cingulada anterior. "Se podría pensar que la corteza cingulada anterior recibe esta información sobre el cuerpo, como la frecuencia cardíaca o la temperatura, y luego decide cómo sentirse sobre la base de todas estas señales", afirma Mitra. Sin embargo, en las tres cuartas partes de los participantes con depresión, el flujo típico de actividad era inverso: la corteza cingulada anterior enviaba señales a la ínsula anterior. Cuanto más grave era la depresión, mayor era la proporción de señales que viajaban en sentido contrario.
"Lo que vimos es que quién es el remitente y quién es el receptor en la relación, parece realmente importar en términos de si alguien está deprimido – confirma Mitra –. Es casi como si ya hubieras decidido cómo te ibas a sentir, y luego todo lo que estabas sintiendo se filtró a través de eso. El estado de ánimo se vuelve casi una función primaria”. Cuando los pacientes con depresión fueron tratados con SNT, el flujo de la actividad neuronal cambió a la dirección normal en una semana, coincidiendo con un cese de su depresión. Los hallazgos también sugieren que las corrientes regresivas de actividad neuronal entre áreas clave del cerebro podrían usarse como un biomarcador para ayudar a diagnosticar la depresión.
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