
Suplementos
El frío llega y las búsquedas de estos suplementos se disparan un año más
Una combinación que gana protagonismo cuando bajan las temperaturas

Cada otoño ocurre lo mismo: volvemos a las rutinas, empieza el fresco de verdad y, casi sin darnos cuenta, aumenta el interés por esos suplementos que muchos usan como apoyo en épocas de menos luz, más estrés y cambios de ritmo. Vitamina D, vitamina C y probióticos lideran ese repunte año tras año. No sustituyen hábitos saludables, pero sí son opciones que muchas personas incorporan para acompañar su bienestar en invierno. Estos son tres de los más consultados.
Vitamina D3 + K2: el combo que muchos refuerzan en los meses con menos sol

Durante el invierno pasamos más horas en interiores y la exposición solar cae en picado, justo cuando la vitamina D suele recibir más búsquedas. La mezcla de D3 y K2 es una de las más comentadas porque combina dos funciones complementarias: por un lado, la vitamina D3 ayuda al cuerpo a absorber mejor el calcio; por otro, la vitamina K2 actúa como “guía”, contribuyendo a utilizar ese calcio donde toca, especialmente en huesos y tejidos.
Quienes la toman suelen hacerlo buscando apoyo en momentos de menos luz, cuando notan más cansancio o quieren reforzar rutinas de cuidado óseo e inmunológico. Este tipo de combinaciones también se menciona a menudo en contextos de fertilidad o salud cardiovascular, siempre dentro de recomendaciones responsables y supervisadas.
Este formato concreto incluye ingredientes habituales en suplementos de calidad: vitamina D3 en forma de colecalciferol, K2 en su versión menaquinona-7 y excipientes vegetales. La posología es sencilla: una cápsula al día, normalmente con el estómago lleno. Eso sí, es importante tener en cuenta que las vitaminas liposolubles requieren prudencia: nada de exceder dosis y, si se toman anticoagulantes o existen condiciones médicas específicas, es recomendable consultarlo con un profesional antes de incorporarlas.
Vitamina C: un clásico del invierno que ayuda a reducir el cansancio

Otro de los protagonistas de cada cambio de estación es la vitamina C. No es casualidad: hablamos de un nutriente esencial que participa en la protección frente al estrés oxidativo y en la formación de colágeno, algo clave para tejidos como la piel, los cartílagos o los vasos sanguíneos.
Las cápsulas de 1000 mg con rosa canina y extractos cítricos suelen estar entre las más buscadas porque combinan vitamina C de alta concentración con bioflavonoides vegetales. Muchas personas las utilizan cuando notan más cansancio, al ritmo del otoño, o simplemente quieren un aporte extra en días de frío, donde el cuerpo parece pedir más energía.
Este formato es vegano y contiene 180 cápsulas, pensado para quienes buscan un aporte constante durante semanas. Lo habitual es tomar dos cápsulas al día, preferiblemente por la mañana o al mediodía. Como siempre en suplementación, no sustituye una alimentación rica en frutas y verduras, pero sí puede ser un añadido que muchos consideran útil cuando el ritmo aprieta.
Probióticos: un apoyo para el equilibrio intestinal en épocas de más estrés

El tercer gran protagonista del invierno son los probióticos, y este producto destaca por su enfoque completo: probióticos, fibra prebiótica (FOS) y butirato cálcico, todo en un único comprimido. Cada vez hay más interés en la microbiota porque, cuando la digestión funciona bien, todo parece ir más fluido: energía, regularidad intestinal, incluso la sensación de bienestar general.
La fórmula incluye cepas de Bacillus clausii, Bacillus coagulans y Bacillus subtilis, conocidas por su resistencia al ácido gástrico. Además, incorpora butirato microencapsulado —una de las claves del producto— y calcio, que contribuye al funcionamiento normal de las enzimas digestivas. Es una combinación pensada para quienes quieren mantener un equilibrio intestinal estable durante los meses más fríos, cuando las comidas copiosas, el estrés y los cambios de rutina pueden pasar factura.
Su tecnología tricapa permite una liberación progresiva y solo requiere un comprimido al día, lo que facilita mantener la constancia. Como con cualquier suplemento, es recomendable acompañarlo de una dieta rica en fibra, hidratación adecuada y hábitos saludables.
Un pequeño apoyo para sobrellevar mejor el invierno
Cada persona tiene sus motivos para recurrir a este tipo de suplementos, ya sea por falta de sol, por cansancio estacional o por cuidar la digestión en una época en la que el cuerpo nota más los cambios. Lo importante es hacerlo con cabeza, constancia y siempre como complemento de unos hábitos sólidos.
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