Historia

Historia

Lo que los árabes nos enseñaron acerca del agua

En un pequeño rincón de la provincia de Valencia, Alboy, se esconde una joya en la historia de las infraestructuras hidráulicas: «Les Arcadetes», una solución que idearon los árabes para llevar el agua desde Bellús hasta Xàtiva.

La Cova Negra (Cueva Negra), emblemático espacio de gran riqueza arqueológica
La Cova Negra (Cueva Negra), emblemático espacio de gran riqueza arqueológicalarazonLa Razón

La fuente de Bellús, situada a 2,5 kilómetros de la capital de La Costera, Xàtiva, es la que hoy en día, todavía, abastace a esta localidad y a sus alrededores. Y lo hace porque los antiguos habitantes de la zona, los árabes, ingeniaron una hermosa construcción, el Canal de Bellús, que conduce el agua desde el manantial hasta el municipio, que ya entonces era uno de los centros neurálgicos de la economía local. Aunque se desconoce la fecha exacta de construcción del canal debido a las pocas referencias y datos que existen, el historiador Mariano González Baldoví afirma que fue construido con anterioridad al siglo XII.

Hoy en día, una moderna conducción paralela a la antigua, nutre todavía a los municipios de la zona. Pero sin duda alguna la parte más interesante del canal la conforman «Les Arcadetes», un acueducto situado a la altura de Alboy, formado por nueve arcos apuntados, de cien metros de longitud y unos veinte de altura. Este acueducto con sus nueve arcos y sus más de 200 metros de longitud, construido posiblemente en el siglo XI, es uno de los más espectaculares de la Comunitat Valenciana y, probablemlente, de la península. Tal y como explica el arqueólogo de Xàtiva, Ángel Velasco, no se conoce ninguna otra construcción similar en España. De hecho, fue catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) ​en el año 2005.

La obra, también conocida como el Acueducto de Alboy, cuenta con una peculiaridad que la hace más especial aún, los llamados «respiralls» (respiraderos). Una especie de pozos situados a ambos lados y a lo largo de todo el canal cuyo objetivo era evitar que se formaran bolsas de aire que dificultaran el paso del agua. Estos cilindros, de 1,74 centímetros de grueso y 84 centímetros de diámetro, fueron construidos a base de cerámica y reforzados posteriormente con argamasa. Cuenta la leyenda que estos respiraderos nacieron gracias al ingenio de la hija del rey musulmán de Xàtiva, lo cual permitió el paso del agua lo largo de todo el recorrido. Ahora bien, sus celosos hermanos le pagaron la genial idea con la muerte, hecho que recuerdan dos hermosos manantiales de agua cristalina que nacieron en el lugar del suceso.

Pero no hay que olvidar que esto es solo una leyenda y no ha quedado demostrada. Lo que sí está más o menos certificado es que las medidas de los pozos permitían que los niños -o al menos hombres de pequeña envergadura- bajaran al fondo de vez en cuando para eliminar las ramas, animales muertos u otros obstáculos que pudieran impedir el paso del agua. No obstante, Velasco asegura que no sería algo muy habitual puesto que entonces el agua estaba mucho más limpia que ahora. «Seguro que hemos tenido más problemas de atascos con el canal moderno».

La visita a «Les Arcadetes» y sus «respiralls» va acompañada de otro elemento arqueológico de enorme valor, la Cova Negra, denominada de esta forma por la negrura de sus paredes debido a las hogueras que realizaban los neandertales que ocuparon estas tierras hace millones de años. El imponente entrante en la montaña, al que se puede acceder de forma sencilla, traslada al visitante a los tiempos en los que el hombre y la naturaleza convivían en total armonía. En su interior se hallaron restos humanos y pinturas rupestres que convierten el lugar en un espacio de una importancia fundamental para comprender la cultura mosteriana (situada en el Paleolítico medio) y la realidad del hombre neandertal. En el Museo del Almudín de Xàtiva se exhibe una reproducción exacta de un hueso parietal de la época, descubierto en la cueva.

El entorno natural que acoge la Cueva Negra y la construcción hidráulica de la época islámica, reúne además, una enorme variedad vegetal que lo convierten en uno de los espacios más destacados de la provincia. La excursión, sin duda, merece la pena.