À Punt presenta otra cara

El director general de la televisión autonómica valenciana, Alfred Costa, ha comenzado con buen pie su proyecto diseñado, según mi amigo Rogelio. Por dar un par de ejemplos, constituyen sendos aciertos incorporar la retransmisión de la Misa y ofrecer en castellano una serie de comedias. Primero, por los resultados positivos de audiencia que han dado ambos programas y porque rompe la dinámica de la anterior etapa que daba la impresión de servir exclusivamente a la ideologización izquierdista y pancatalanista, con el abandono total de su sintonía con los televidentes.

Independentiemente de que pueda servir a otras religiones, nuestros gobernantes no deberían olvidar que, según el CIS de Tezanos, el setenta por cien de los españoles se declara católico, sin que la Comunitat Valenciana se aparte de esa realidad. A la vez, los nuevos responsables de À Punt han percibido que nuestra tierra es bilingüe y, por tanto, la lengua ha de ser un instrumento de unión, no de confrontación.

A lo que iba, Alfred Costa y su equipo dan la impresión de haber tomado nota de los errores de sus inmediatos antepasados para afrontar un reto arduo y, a la vez, importante: dotar de sentido la propia existencia de À Punt.

Aún así, con las paupérrimas cuotas de audiencia que dejó su predecesora, no será tarea fácil lograr un viraje radical de la tendencia. Les deseo que esos gestos y contrataciones como las de Carolina Ferre y Eduard Forest produzcan los frutos anhelados. Así es la vida.