Política
Toni Gaspar, el «bicho raro» del PSPV, reivindica sus líneas rojas
«Mi partido que opine lo que le dé la gana», afirma el presidente de la Diputación de Valencia
Una imputación equivale a abandonar un cargo público. Esta es la «línea roja» que instaló el PP en la época de Alberto Fabra. Era el final de una era. Los casos de corrupción ahogaban a los populares y se aplicó a rajatabla. Diputados, alcaldes o altos cargos. No podía haber investigados entre las siglas del PP. Más tarde, la Justicia condenaría a unos cuantos y absolvería a otros muchos, pero estos últimos ya no ocuparían titulares.
Los que ahora gobiernan presionaron para que así fuese hasta que se han encontrado en el lugar contrario. Ahora, cuando la sospecha se ha instalado entre sus filas miran, en más de una ocasión, hacia otro lado.
En este último grupo se ubica el presidente de la Diputación de Valencia, el socialista Toni Gaspar.
Él mismo se definió esta semana como «bicho raro» durante el último pleno de la corporación provincial en el que la oposición le apretó para que explicara por qué el jefe de los servicios jurídicos, transparencia y prevención de riesgos penales de la empresa pública Divalterra, José Luis Vera, sigue en este cargo pese haber sido detenido en el marco del «caso Azud», una operación que quita el sueño a más de uno en el PSPV.
Sin embargo, Gaspar no varió su discurso. Cuando el portavoz del PP en la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, le preguntó qué más tenía que pasar para que Vera dejara de tener la responsabilidad de velar por la seguridad jurídica de Divalterra y le cuestionó sobre qué opinaba su partido sobre la manera en la que él aplicaba las «líneas rojas», Gaspar no titubeó. «Mi partido que opine lo que dé la gana».
Se reivindicó como un «bicho raro» y retó a los presentes a buscar alguna vez una declaración en contra de la presunción de inocencia. «Siempre he pensado lo mismo y sí, es verdad que en mi partido me decían que estaba loco».
«Solo hay que buscar en Internet para saber qué es el principio de la presunción de inocencia» y recordó que «todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario». Aseguró que él no convertirá la plaza de Manises.
Con estos argumentos defendió la permanencia de Vera, a que pesar de todo esto, admitió que, si fuese un cargo de su confianza lo destituiría. «En realidad, como sería mi amigo se habría ido él, pero por no tener que aguantarlos a todos ustedes».
Y es justo en este punto donde el argumento de Gaspar perdió consistencia. El PP insiste en que mantiene al alcalde de l’Alqueria de la Comtessa, Voro Femenia, como personal de confianza pese a que está procesado en el «caso Alquería».
A esta lista hay que añadir a la alcaldesa de Llaurí, Ana González, que sigue de asesora tras ser condenada recientemente por conducir bajo los efectos del alcohol y a Raúl Pardos, que es «asesor coordinador» del PSOE en la Diputación y que acaba de ser procesado por presunta falsedad documental en la causa conocida como la de los «zombis» de Imelsa.
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